Volkswagen arrancará la producción del primer coche de la familia eléctrica ID. a finales de 2019 en la factoría alemana de Zwickau.
Y lo cierto es que no solo será el primer vehículo de producción basado en la nueva plataforma MEB que saldrá a la venta, sino que marcará el inicio de una nueva era para el fabricante alemán, más comprometido que nunca con la ecología.
De hecho, está concebido que desde su misma producción el modelo sea neutral con el medio ambiente, por lo que la planta de Zwickau, donde será fabricado el coche, ya está usando energía producida externamente por fuentes sostenibles.
Según el fabricante, la fase de producción del ID. por sí sola permitirá reducir la huella de carbono en más de un millón de toneladas de CO2 al año, lo que equivale al impacto climático de una central termoeléctrica de carbón con capacidad para suministro eléctrico para 300 000 hogares.
“El cambio climático es el mayor desafío de nuestros tiempos. Como el fabricante de automóviles más grande del mundo, Volkswagen asume su responsabilidad”, subrayó Thomas Ulbrich, responsable de la nueva división e-mobility del fabricante alemán, sobre la estrategia de descarbonización emprendida por la compañía.
Tras la producción en serie y comercialización del ID., Volkswagen proyecta ampliar su gama eléctrica con el ID. Crozz (SUV), el ID. Buzz (furgoneta) y el ID. Vizzion (berlina), invirtiendo en el trayecto hasta 9 000 millones de € en proyectos de movilidad sostenible hasta el 2023.
No en balde, la revista alemana WirtschaftsWoche reveló que en noviembre pasado Volkswagen registró los nombres ID.1, ID.2, ID.3, hasta el ID.9, para la nueva familia que está desarrollando. Se avizora, por tanto, una verdadera oleada de modelos libres de CO2.
