Nos vamos a Australia, ese bello país de Oceanía donde abundan los koalas y canguros, la tierra del demonio de Tasmania y para recorrerlo como turistas tenemos que subirnos a un transporte. Podemos recorrerla en cualquier barco, crucero o bote ya que tiene más de 25 000 km de costas.
Y si nos vamos por tierra empecemos por el tranvía de Melbourne, la ciudad más europea de Australia, subirse a este aparato es una experiencia única, pasa cada veinte minutos y te enseña la ciudad, es eléctrico así que en días de lluvia lo verás echando chispas. ¡Ah!, te cuento que pasa puntualmente y que además ganó un premio al mejor tranvía del mundo.
Están los colectivos, guaguas o como se les llame en cada país, pasan a la hora que dicen así que si tu bus llega cinco minutos antes, se quedará ahí hasta la hora que decía que pasaría para que ningún pasajero se quede sin subir.
De última vamos en tren, divino, hermoso, con cinco asientos por fila, comodísimo, y si llegas muy tarde en la noche a una estación desolada, te vas a encontrar con una zona marcada en el suelo, zona de seguridad, donde puedes apoyar tus pertenencias custodiadas por múltiples cámaras de seguridad, ve al baño, anda a preguntar algo, que tus cosas estarán allí esperándote sin temor de perderlas. Un cartel escrito en el suelo: mind the gap te recuerda que hay una brecha entre tu tren y el suelo, y puedes caer. Ya nos vamos a turistear Australia, ¿contratamos un canguro o nos vamos en tranvía?
