Este fin de semana finalizaba el TT en la Isla de Man 2016, una edición en la que se han batido varios récords, entre ellos el de velocidad media más rápida que ahora queda establecido en algo más de 215 km/h. Sin duda, una velocidad de vértigo obtenido en unas carreteras en las que hay que ser un auténtico maestro para rodar deprisa, aunque si quieres intentar emular a los Michael Dunlop y John McGuinnes de turno no tienes más que viajar a la isla y probar lo que se siente a ir entre vallas a esa velocidad. Y, aunque no lo recomendamos, puedes hacerlo, pues la Isla de Man es uno de los pocos sitios del mundo en los que no hay límites de velocidad. Bueno, con reservas, sí que los hay dentro de los pueblos, pero no en las carreteras que los unen.
Aunque resulte tentador, insistimos en que no es lo más racional pues no hay que olvidar de que se trata de una carretera abierta al tráfico y los errores se pagan caro. Tampoco conviene despistarse, ya que la policía es bastante severa con los que no cumplen las reglas en las zonas limitadas, tanto los pueblos como algunas zonas de carretera que se encuentran en peor estado. Por otro lado, en la práctica se sanciona toda conducción que la policía entienda que es peligrosa para el resto de usuarios. Es decir, que igual uno no es sancionado con radar en mano pero sí por conducción temeraria, que puede ser peor.
Otras carreteras sin límite de velocidad
Otro lugar en el que puedes conducir sin prestar demasiada atención al velocímetro es Alemania, en concreto su red de autopistas, las autobahn. En total son unos 6.500 kilómetros los que no cuentan con límite y hay que ser extremadamente cuidadoso de respetar la velocidad máxima en los lugares que sí cuentan con él. Hay que destacar igualmente el buen uso que hacen en general de ellas los propios alemanes, respetando enormemente al resto de usuarios. De hecho, se sanciona gravemente a quien "acosa" a los conductores más lentos, que también son sancionados si dificultan la conducción de los más rápidos sin sentido.
Además de otros dos destinos, encontramos un tercero en un punto bastante lejano, en Australia, lugar en el que se encuentra la Stuart Highway, una autopista de casi 3.000 kilómetros de longitud, de los cuales 276 kilómetros carecen de límite alguno de velocidad máxima. No existía límite alguno hasta final de 2006, fuera de pueblos y otras zonas delimitidas, pero a partir del 1 de enero de 2007 ya se fijó un límite de entre 110 km/h y 130 km/h. Hasta entonces sólo se pedía a los conductores que adecuaran la velocidad a las circunstancias del tráfico o del tiempo.