n 1946, luego de la Segunda Guerra Mundial, comenzó la hazaña. Desde entonces el nombre Ferrari ha significado rendimiento extremo en el automovilismo. Hoy, en nuestra primera columna del año, le traemos la historia del primer modelo Ferrari: el 125 S, con el cual nació su icónico emblema. Conozca toda la historia tras el salto.
Luego de su salida de Alfa Romeo, Enzo Ferrari ya había producido vehículos para la competición los cuales aún no llevaron su nombre. En 1946 anuncia su decisión de producir vehículos con su nombre como marca y daría comienzo así a un legado que aún se mantiene en este convulso Siglo XXI. El 125 S sería, además, el primer Ferrari ”para la calle“ y equipaba el mismo motor que su versión para la naciente Formula 1, el 125 F, la cual llegaría en 1950.
Este primer Ferrari resume todos los méritos, pues Enzo ya adoptó varios criterios que luego serían parte de su magia. El motor sería el primer V12 desarrollado por él, pues estaba convencido de las posibilidades de una máquina de estas características para el automovilismo de rendimiento, bien fuera en las pistas o en el uso ”doméstico“. Fue un motor avanzado, en el cual Enzo disfrutó de la ayuda de un excelente ingeniero, Gioachino Colombo. Junto a él, también trabajaron en el proyecto Giuseppe Busso y Aurelio Lampredi. Como curiosidad se conoce que el primer boceto de la tapa de los cilindros, fue realizado en papel de embalaje, el 15 de agosto de 1945. Este motor sobresalía por su arquitectura super-cuadrada, diámetro de sus pistones superior a la carrera, un concepto hoy universal, pero muy poco habitual entonces. El V12 tenía 1.5 litros de desplazamiento, una relación de compresión de 9,5:1 y para su alimentación dependía de tres carburadores Weber. Gracias a todo esto entregaba 120 CV a 7.000 rpm.
Como estamos contando datos curiosos debemos aclarar cómo llego Enzo Ferrari al uso de un V12 para su primer vehículo. Pues resulta que antes de la guerra había estado en Norteamérica, quedando fascinado por el rugir y la potencia de los motores de esa configuración de los Packard que corrían las 500 Millas de Indianápolis. Y no lo culpo, el rugido de un motor así es algo indescriptible para quienes lo hayan disfrutado alguna vez. El Ferrari 125 S, con apenas 750 kg de peso y una caja manual de cinco velocidades resultó un verdadero éxito, para un primer modelo de una marca. En este modelo se estampó, también por vez primera, el icónico Cavallino Rampante, que ha sido la imagen gráfica de la marca todos estos años. Con tantos ”primera vez“ sobre sus hombros, el Ferrari 125 S también lograría la primera victoria oficial de la marca, cuando el piloto Franco Cortese ganó el Gran Premio de Roma, en 1947.