1930: los V16/V12 que casi aniquilan Cadillac

Creado: Jue, 20/11/2014 - 16:32
Créditos
Jorge Esténger Wong
1930: los V16/V12 que casi aniquilan Cadillac

En los años treinta, durante la llamada Gran Depresión, desaparecieron varias marcas de automóviles.  Pocos conocen que la mismísima General Motor Corp. (GMC) estuvo a punto de sucumbir e, incluso, consideró eliminar de su cartera a la icónica Cadillac.  ¿Cómo sucedió? ¿Quiénes fueron los responsables? ¿Cómo logro salvar los escollos? Todas las respuestas en nuestra columna de hoy.

Es indiscutible el liderazgo de Cadillac dentro de GMC.  Sin embargo, hubo un momento en que los altos ejecutivos de la compañía se plantearon seriamente la extinción de la marca, por el descomunal lastre financiero que representaba para el grupo.  Eso ocurrió, además, en el peor escenario: La Gran Depresión. La razón fue el costo que representaron los extraordinarios motores de 16 cilindros lanzados justo en enero de 1930.  Con los Estados Unidos entrando en su primer entronconazo económico importante, los descomunales motores con que la marca quería doblegar al mundo, los V16 -y los V12 adaptados de ellos, en septiembre de 1930, al eliminarles cuatro cilindros- le costaron a la firma nada menos que ¡6 millones de dólares de la época!, solo en gastos de creación.  A esa cifra debemos añadir además, como es lógico, varios millones en gastos de producción.

Por si esto fuera poco, los mastodónticos motores requerían un bastidor más largo y profundo, capós y guardafangos de longitud mayor y muelles diferentes, todo lo cual conllevó a gastos extras en diseño, maquinaria y producción.  Hoy día, es imposible establecer con autoridad cuánto le costó el programa de los V16/V12 a la Cadillac, pero la suma fue astronómica, en momentos terribles, siendo un desastre incluso mayor al famoso fiasco Edsel, de la Ford, en 1958-60.  El arquitecto de este programa V16/V12 fue el entonces presidente de Cadillac, el Sr. Lawrence P. Fisher, quien alegaba la necesidad de tener un motor capaz de hacer frente a Packard, a Duesenberg y a Marmon, sus competidores directos en ese entonces. Fisher planteaba que, si la Cadillac no quería quedarse atrás durante toda su vida (entérese que en la década 1920 Cadillac era apenas ¡el quinto lugar! Entre las marcas de lujo), era muy necesario que creara algo verdaderamente espectacular. El resultado fue el descomunal motor V16 de 1930.

En verdad, el motor fue un hito; siendo el primer motor de Cadillac con válvulas superpuestas, tenía un bloque de aluminio, una bandeja y cubiertas de balancines de aluminio vaciado y los primeros levanta válvulas hidráulicos producidos en los Estados Unidos. El concepto era sencillo, se trataba de dos motores de ocho cilindros en línea recta, con un solo cigüeñal para ambos. Cada banco de cilindros tenía su propio sistema de admisión y escape completo, con carburadores separados de tiro ascendente. El motor como tal era una obra de arte, con un atractivo acabado de color negro y aluminio lustroso, desprovisto de cables sueltos o tubos de fea apariencia.

Para ser justos, no se puede culpar a Fischer de la situación financiera que afrontaron.  Este motor -y la mayoría de los autos con carrocería Fleetwood en los cuales se instaló- había sido proyectado varios años antes del crack de la bolsa de valores en los Estados Unidos. Cuando esto se produjo, GMC quedo atrapada en este proyecto de Cadillac y, sencillamente, ya era demasiado tarde para suspender su producción, a menos que desapareciera la marca como tal.  La incógnita se mantuvo en el suspenso por varios meses, pero finalmente se decidió mantener a Cadillac. De cualquier forma el proyecto por poco lleva a GMC a la bancarrota, y fue sólo la solvencia de sus otras divisiones lo que salvó a la Cadillac, y a GMC.

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Jorge Esténger Wong