Personalmente, me declaro fan del Audi Q7 V12 TDI. Aunque no es muy sabido, fue desarrollado por Quattro GmBh., la misma filial de Audi que se encarga de producir máquinas como los Audi RS4. El brazo deportivo de Audi ideó un motor titánico para el gran SUV de Audi, un brutal doce cilindros turbodiésel de 6.0 litros y 500 CV de potencia. Su par máximo es de nada menos que 1.000 Nm, suficiente para reducir las vértebras de tu cuello a puré y acelerar con una presura inusitada al leaviatán de casi 3 toneladas.
Como es lógico, ha sido carne de preparaciones, que se permiten elevar su potencia hasta mayores niveles. Recordemos que de serie su potencia específica es de poco más de 80 CV/litro, parecida a la que podemos encontrar en un simple 2.0 TDI de 170 CV. Fostla ha jugado un poco con la gestión electrónica del motor llevando la potencia final hasta los 600 CV, y el par máximo hasta unos increíbles 1.150 Nm. El 0 a 100 km/h se completa en menos de los 5,5 segundos de serie.
La preparación de motor cuesta 6.000€. Para poner la guinda final, el preparador envolvió en un film negro mate toda la carrocería del SUV, eliminando brillos y recibiendo un aspecto más amenazador. Tinta las lunas y oscurece algunas ópticas también, todo ello por un total de 3.500€. Para terminar, las llantas son ahora unas unidades Mansory de nada menos que 23 pulgadas, envueltas en neumáticos de alto rendimiento – y precio – en medidas 315/25R 23.