Accidentes e incidentes del tranvía santiaguero

Creado: Jue, 11/09/2014 - 18:25
Créditos
Willy Hierro Allen
Accidentes e incidentes del tranvía santiaguero

El tranvía santiaguero fue noticia en los 44 años que estuvo rodando por las calles santiagueras, no solo por sus servicios sino por algunos accidentes e incidentes que ocurrieron en el transitar de este medio de transporte. Hoy he traído dos, uno atrapado para la historia por un periódico de la época y el otro reseñado por un cronista local.

Recién inaugurado el servicio de tranvías en Santiago de Cuba (el sábado 8 de febrero de 1908), ocurrió el primer accidente de tránsito con un tranvía. Fue el viernes 14 de febrero de 1908, en horas de la tarde (a menos de una semana de su inauguración), el tranvía número 4 venía por el Pozo del Rey o Camino del Caney (hoy avenida Victoriano Garzón), manejado por el motorista Francisco González García.

Paralelo a la línea transitaba tranquilamente un coche de alquiler, tirado por caballos, conducido por Ramón Herrera. Al cruzarse el vehículo eléctrico y el coche, los caballos que halaban el coche se espantaron, los transeúntes se asustaron y entre todos formaron un gran revolico. Al lugar acudieron las autoridades para poner fin a la intranquilidad ciudadana.

Aunque el accidente no tuvo mayores consecuencias que el susto, parte de la población todavía no acostumbrada a estas moles de hierro, impulsadas por electricidad, corriendo por las calles, sobredimensionaron el evento y muchos comentaban ”el peligro que significaba la excesiva velocidad de los tranvías cuando andaban a los nueve puntos“.    

(El maquinista del tranvía lo manejaba a través de una manivela que tenía marcados ”puntos“, regularmente transitaba entre 4 y 6 puntos, el máximo de velocidad era el punto 9). Ese fue el accidente, el incidente sí tuvo gran efecto, de consecuencia mortal. Sucedió en el quinto aniversario del tranvía santiaguero: el 8 de febrero de 1913. He aquí los hechos:

”(…) a las 11:20 am fue abatido de un balazo el conocido caballero Ricardo Herrera Castillo“, cuenta Carlos Forment en sus crónicas de Santiago de Cuba. Y continúa: ”su agresor fue el Sr. Alfredo Jardines Clavijo, quien al ver pasar a su víctima a bordo del tranvía de la línea Martí-Trocha, tomó el mismo carro y, colocándose detrás de él, hizo el disparo cuando el vehículo llegaba a la esquina de Hartmann (hoy San Félix) y Heredia“.

¿Qué causó tal tragedia? Celos, deudas de juego, honor mancillado, el amor de una mujer, orgullo herido… Carlos Forment no lo aclara en sus crónicas. Pero hay algo que sí queda claro: el asesino no pretendía escapar. El atacante se bajó del tranvía, ”fue a la jefatura de policía y confesó su delito“. El episodio termina así: ”en el mismo tranvía continuó el herido, fue bajado en la casa de socorros, donde (…) certificaron su muerte“.

¿Cuánto anécdotas tiene el tranvía santiaguero en sus 44 años de servicio público? Ya veremos en próximas historias.

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