Alfetta GTV 2000 de 1974

Creado: Dom, 09/01/2011 - 17:36
Créditos
Jorge Esténger Wong
Alfetta GTV 2000 de 1974

Hola a los seguidores de Autos Clásicos de Excelencias en este 2011.  Es bueno poder continuar juntos y compartir la pasión que ha puesto a esta sección como la más visitada de nuestra publicación, gracias por su interés y permanencia.  Dicho esto entremos en este año a toda velocidad en la historia, veamos al Alfa Romeo Alfetta GTV 2000 de 1974.

Los setenta fueron muchas cosas: la transición del reinado de la música pop y beat a la disco; la llegada de los tiburones y los E.T. a las pantallas de los cines y la increíble época en que a un deportivo le bastaban 130 CV para reinar entre los autos. Este era la temible potencia que Alfa Romeo ponía en su Alfetta y no confundir: este era un auto codiciado y Alfa una marca situada con toda solidez en el mercado. El secreto de esta poca necesidad de potencia estriba en el poco peso de estos coches, apenas 1 100 kg, gracias a la no existencia de tantas extravagancias que hoy complementan (o debo decir complican) los automóviles de todo tipo.  El pequeño deportivo era un automóvil de pura cepa: motor longitudinal de cuatro cilindros en línea, caja de cambios mecánica de cinco cambios y diferencial trasero.  Todo ello rubricaba un carácter espontáneo y directo, sin que mediara ninguna gestión electrónica para domesticar el comportamiento del coche.

El Alfetta tiene una imagen que encaja en el carácter de los modelos de la marca de aquella época, con los grandes faros dobles y la gran insignia en forma de corazón de Alfa al centro.  La figura del auto está dominada por las formas rectilíneas muy de la época, pero ”tocadas“ por la magia ancestral de los diseñadores italianos. Las prestaciones aún las recuerdo y los 240 km/h de su velocímetro eran bien reales, no solo en este modelo sino en casi todos los Alfa de la época, con el poderoso motor de cuatro cilindros y doble árbol de levas girando con toda soltura hasta las 6 000 rpm.  Además existía la posibilidad de un V6 de 2.5 litros que ponía todas nuestras habilidades a prueba.

Créditos
Jorge Esténger Wong