AMG: ingeniería y prestaciones al tope

Creado: Dom, 24/11/2013 - 16:39
Créditos
Jorge Esténger Wong
AMG: ingeniería y prestaciones al tope

Cuando un modelo de Mercedes Benz adiciona la nomenclatura AMG, inferimos que se trata de una versión extrema, muy por encima de la ”estándar“. Si quiere saber exactamente qué significa esto; cómo surgió la idea, dónde lo hacen y quienes son los protagonistas de esta historia, Excelencias le trae las respuestas a esta columna. Veamos.

Hans Werner Aufrecht y Eberhard Melcher eran dos ingenieros alemanes fanáticos del alto rendimiento.  Enfocados en Mercedes Benz deciden crear, en 1967, una empresa especializada en desarrollar motores de competición para sus modelos, o al menos potenciar los motores de la marca hasta límites extremos.  En un viejo y humilde molino, en el pueblo de Burgstall -cerca de Grossaspach, cuna de Hans Werner-  tomó forma el pequeño experimento y decidieron llamarlo con las iniciales de sus apellidos y la de este lugar: de ahí las famosas siglas de AMG.

Para lograr su objetivo el interés de ambos estuvo centrado no solo en el diseño y concepción del auto en todos sus apartados, sino en la calidad extrema de su fabricación. Se realizaba un proceso al detalle con cada vehículo ”preparado“ por la firma, de forma tal que el principio rector era: NO PERDER DE VISTA NI EL MÁS MÍNIMO DETALLE. La coherencia de este planteamiento ha regido el trabajo de AMG desde entonces, dando como resultado una calidad inigualable, la cual ha sido factor indispensable para innumerables victorias en competencias automovilísticas y, por otra parte, ha permitido a AMG ofrecer los automóviles más extremos.

Ya en 1971 el AMG Mercedes 300 SEL 6.8 gana en su categoría las 24 horas de Spa.  Es el comienzo de una zaga que habría de lograr el sólido prestigio alcanzado hoy.  Para 1978 el viejo molino resulta insuficiente para AMG y la oficina matriz se reubica en Affalterbach.  En ese entonces, AMG ya cuenta con 40 empleados.  Diez años después, en 1988 AMG hace equipo con Daimler-Benz en el regreso de ésta al Deutsche Tourenwagen Meisterschaft, lo cual resulta un reconocimiento tácito a las extraordinarias cualidades de la firma.  El punto máximo llegaría un par de años después, en 1990, cuando se firma un acuerdo de cooperación con Daimler-Benz, y es necesario abrir una segunda planta.  Para 1993 llega el primer vehículo fruto de esta colaboración y se alcanza la ”mayoría de edad de AMG“,  la cual se convierte en Marca Registrada.

Sin embargo, ni en ese momento se traiciona sus orígenes. El principio de ”un hombre, un motor“ continúa siendo uno de los factores fundamentales en la construcción de un vehículo AMG. Un solo ingeniero es el encargado de poner desde la primera hasta la última tuerca de un motor AMG, garantizando su trabajo al firmar su obra. AMG no solo trata de potencia sino también de diseño y ergonomía, siendo válido tanto para el interior como para el exterior del vehículo. Si juntamos estos dos aspectos, y además tomamos en cuenta toda la tradición y experiencia de AMG en competencias automovilísticas, nos da como resultado un vehículo de ensueño, una experiencia única soñada por muchísimos mortales.

Créditos
Jorge Esténger Wong