Decidido a vender un millón de autos en China en un periodo de tres años, Audi ha pisado a fondo el acelerador en el gigante asiático, donde sus matriculaciones registraron un alza despampanante del 69 % en noviembre, con 29 861 unidades.
No en balde, gracias a ello y a su repunte en Europa, las ventas de la marca Premium del grupo Volkswagen en todo el mundo frisaron los 111 400 vehículos durante el mes pasado, para trepar un 28 % frente al mismo lapso de 2010. De ahí que hasta noviembre, sus entregas mundiales se elevaron a 1.19 millones de unidades (+ 18.8 %) y bien podrían estirarse a 1.3 millones al término del año.
El verdadero acelerón para la firma de los cuatro aros, sin embargo, se ubica en China, donde ha comercializado entre enero y noviembre 283 600 unidades (+ 35.2 %), debido en buena medida a que el segmento del lujo se mantuvo firme pese a la abrupta la desaceleración de ese mercado, que apenas creció un 5.3 % en los primeros once meses del año, tras trepar un 33 % y un 53 % en el 2010 y el 2009.
Quizá por ello, no es fortuito entonces que la casa de Ingolstadt haya dado luz verde a la fabricación de su modelo A3 en su segunda planta en el país, que levantará en la ciudad de Foshan y empleará a unas 4 000 personas a partir de 2013 para producir entre 150 000 y 200 000 autos al año. Proyecto que el director de Audi, Rubert Stadler, ya calificó de ”hito importante en nuestra estrategia de crecimiento para China“.
Y eso, sin contar que la compañía alemana incrementaría próximamente de 500 000 a 550 000 unidades anuales el volumen de la factoría que mantiene en la actualidad en la ciudad de Changchun, en la que se producen los modelos A4, A6 y Q5, para cifrar así en 700 000 vehículos al año su producción en el gigante asiático en un futuro no tan distante. Para ello la 'joint venture' FAW-VW ya planea invertir allí la friolera 3 000 millones de euros en los próximos cinco años.