Finalmente Audi puso la última piedra de su nueva planta en México, para la que invirtió 900 millones de euros, y allí producirá a partir de ahora la nueva generación del exitoso SUV deportivo Q5.
”Somos la primera marca Premium que apuesta enteramente por este país, por sus proveedores, por su gente“, dijo en perfecto español el CEO de Audi, Rupert Stadler, al declarar operativa la factoría que dará empleo a 4 500 personas en la localidad San José Chiapa, de Puebla.
Por lo pronto, sus instalaciones ya se pusieron manos a la obra para producir una 14 500 unidades en lo que resta de 2016, aunque una vez alcance su máxima capacidad se espera que ensamble hasta 150 000 vehículos anuales, los cuales exportará a todo el mundo, excepto China, mercado abastecido por la fábrica de la armadora en la provincia de Jilin.
Stadler subrayó, además, que la nueva planta impulsará económicamente a la región, pus recibirá dos tercios de sus componentes de proveedores locales y traerá beneficios significativos gracias a los proyectos de infraestructura emprendidos por la firma como una nueva autopista, un tramo ferroviario, un nuevo cuerpo de bomberos y una clínica.
Construido sobre una superficie de 400 hectáreas —tan grande como 400 campos de futbol— el complejo industrial de la marca de los cuatro aros en México cuenta con un área de construcción de carrocerías, un taller de pintura, una planta de montaje y un área de prensado, amén de operar bajo el sistema de producción ”Just in Sequence“ que permitirá a los clientes configurar el vehículo a su gusto.
No por gusto, durante la ceremonia de apertura, los invitados quedaron boquiabiertos mientras levantaban sus celulares para fotografiar el Audi Q5 que apareció sobrevolando el escenario.
Conectividad y avanzados sistemas de asistencia a la conducción, a fin de cuentas, son las principales características del nuevo modelo que, según Stadler, ofrece un avance de lo que serán el futuro de la automoción y los vehículos autónomos.