Tan bien le ha ido a BMW en China, que el fabricante de la hélice ha optado por ampliar su alianza con Brilliance Automotive Holdings, para iniciar la construcción de una segunda planta en el gigante asiático, que estaría lista para el ensamblaje de vehículos a partir del año 2012.
Ubicada en Shenyang, bajo un plan de inversión de 560 millones de euros, la nueva factoría, permitirá incrementar la producción anual que mantiene la 'joint venture' entre 45 y 71 000 unidades, mientras que en una segunda fase servirá para alcanzar los 100 000 vehículos por año.
”La decisión de construir una nueva planta demuestra que estamos invirtiendo en nuestro futuro en China y que intentamos participar en el fuerte crecimiento de ese mercado“, explicó el responsable de Finanzas del consejo de administración de BMW y vicepresidente de BMW Brilliance Automotive, Friedrich Eichiner, quien calificó la iniciativa como ”un paso estratégico“ para reducir la exposición a las fluctuaciones de las divisas.
No en vano el mayor fabricante de autos de lujo del mundo indicó que en la actualidad China constituye su cuarto mercado mundial por volumen de ventas, habiendo logrado aumentar un 81% sus matriculaciones en el país asiático durante octubre pasado, hasta las 9 558 unidades, mientras que en los diez primeros meses del 2009 las entregas locales de las marcas BMW y Mini se dispararon hasta los 71 952 autos, para un alza del 36,7%.
De ese modo, la corporación europea, con sede en Múnich, intentará reposicionarse en la pelea por conquistar al gigante asiático frente a Audi, de Volkswagen, que actualmente lidera el segmento de lujo en ese país, y Daimler, cuyo máximo responsable, Dieter Zetsche, sostuvo hace poco que Mercedes tratará de superar ”pronto“ a BMW en China.
Desde que arrancara en 2003 la alianza entre BMW y Brilliance, ambas compañías han invertido en suelo chino 450 millones de euros para producir un total de 150 000 unidades de los modelos Serie 3 y Serie 5. Que ahora, de seguro, serán más.