Bricklin SV1, un deportivo sin suerte

Creado: Dom, 12/08/2012 - 19:59
Créditos
Jorge Esténger
Bricklin SV1, un deportivo sin suerte

El vínculo de Malcolm Bricklin con la industria del automóvil es extenso pero, sin dudas, lo más significativo es su intento de producción de un vehículo con su propia marca y criterio, el cual le dejó con una deuda que rebasaba los 23 millones de dólares.

Para realizar su anhelo Bricklin busco la ayuda de Joe Frazer, quien había dedicado la mayor parte de su vida al negocio de los automóviles y estaba calificado para crear un automóvil de éxito.  Empresario desde los 19 años, Bricklin ya había fundado una cadena de tiendas en Florida, y partícipe del éxito que constituyo la importación de Subaru a los Estados Unidos.  Precisamente, el capital obtenido al vender su participación en Subaru fue la base para la creación de su propia compañía de automóviles: la General Vehicle.

Años más tarde,  Malcolm Bricklin confesó que no sabía lo que estaba haciendo cuando decidió reunir dinero para construir un auto deportivo con alas de gaviota que llevara su nombre, pero en su momento se entregó al proyecto con todas sus energías.  Escogió producir el vehículo en Saint John, New Brunswick , Canadá, pero con destino al mercado norteamericano. Para lograr resarcir el dinero invertido y los créditos obtenidos, era necesario lograr una producción –y ventas- de unas 50 000 unidades al año, las cuales se deberían vender en alrededor de 10 000,00 USD.  Ese sería el nudo de todo el fracaso.  Los criterios de calidad y seguridad de Malcolm Bricklin rebasaban a su época y harían imposible esta cota.

El Bricklin SV1.

El SV1 –denominado así por Safety Vehicle- salió al mercado en 1974 y tenía elementos de seguridad ante accidentes inéditos en deportivos de los años setenta. Entre otras características, tenía una jaula anti-vuelcos integrada, parachoques que soportaban impactos de 8 km/h, y vigas de protección laterales. La carrocería era de fibra de vidrio con pintura de "colores de seguridad": blanco, rojo, verde, naranja y bronceado.  El SV-1 tenía puertas de ala de gaviota que se abrían y cerraban gracias a una bomba de aire. Estos autos, además, carecían de encendedor y cenicero, pues para Malcolm Bricklin fumar durante la conducción, era inseguro.  El motor del SV-1 era el V8 AMC 360 de 5,8 litros de cilindrada, de American Motors. Luego, las unidades fabricadas durante los años 1975 y 1976 tenían un motor V8 Ford 351 Windsor de 5,8 litros, proporcionado por Ford. La suspensión era independiente en las ruedas delanteras y los muelles eran en espiral.

La producción jamás pudo alcanzar la cifra necesaria para solventar el proyecto, siendo de apenas de 772 unidades, el primer año.  El problema es que cada unidad producida tuvo un costo de unos 16 000,00 USD lo cual resulto fatal para las ventas, y cortó la producción en un poco más 2800 unidades en tres años que duró la misma.   El Bricklin perdió una cantidad modesta de dinero, comparado con otros fracasos de automóviles, y tal vez Malcolm Bricklin hubiera alcanzado el éxito con un poco más de tiempo, pero las autoridades gubernamentales de New Brunswick y los bancos de los Estados Unidos decidieron no concederle más créditos.

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Jorge Esténger