Cadillac modelo H: ¡una “LIMUSINE” en 1906!

Creado: Sáb, 14/11/2015 - 12:17
Créditos
Jorge Esténger Wong
Cadillac modelo H: ¡una “LIMUSINE” en 1906!

Claro que hablar de una Limusina en pleno 1906 es imposible, pues demorarían décadas en aparecer. Utilizamos el término otorgándonos una generosa licencia, para enfatizar el diseño del Cadillac H, el primer modelo de serie completamente cerrado de la marca y, seguramente, uno de los primeros de la industria norteamericana. En esos primeros años del Siglo XX, la naciente industria automotriz fabricaba por norma vehículos abiertos, con vidrio solo en el parabrisas, pues las cubiertas de lona removibles llevaban ventanillas del mismo material y, de esa forma, los pasajeros quedaban sin visión lateral, ”encapsulados“, dentro del interior del vehículo cuando la colocaban.

El Cadillac H rompía ese esquema y, aunque mantenía similitud con los carruajes de caballos, proponía un concepto de auto de tres volúmenes, claramente definidos.  Resulta así, una de las primeras aproximaciones a las formas del automóvil que nos acompañan hasta hoy, siendo uno de sus mayores aportes. El mérito de este pionero adelantado se debe a ese fundador de imperios –y destructor de hombres– que fue Mr. Martin Henry Leland. Como es conocido, él fundó Cadillac sobre los restos de la primera compañía de Henry Ford, aunque este último logró salvar su nombre de la transacción y renacer de las cenizas, suerte muy diferente a la Chevrolet, años más tarde.

Pero a lo nuestro. El Cadillac H adquiere su concepción de auto cerrado del anterior Osceola, pero mejora en todos los aspectos. El uso del vidrio resultaba arriesgado, pues aún ni se soñaba con el vidrio de seguridad laminad. Esto daba un carácter diferente al nuevo vehículo, brindando a los pasajeros un ambiente más compartimentado y propio, aislado del exterior. El Modelo H utilizaba un motor de 4 cilindros de 300 pulgadas cúbicas, con unos sobresalientes 30 CV de potencia (muchos compactos de medio siglo después aún llevaban motores de alrededor de 40 CV) y utilizaba una sofisticada transmisión de tipo planetario, de tres velocidades, con frenos en las ruedas traseras. Sus focos eran una obra de arte, construidos en bronce y el nombre Cadillac propiamente grabado en los mismos.

El Cadillac H se vendía por la muy respetable cifra de 3 000 USD de la época, dejando claro que los Cadillac siempre fueron autos de sector alto del mercado. Aun así, se fabricaron 509 unidades de este modelo. Un dato curioso: solo estaba disponible en una terminación para el exterior: negro para el metal y barniz realzando la belleza de la madera el resto.

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Jorge Esténger Wong