Citroën Revolte Concept

Creado: Dom, 23/05/2010 - 22:12
Créditos
Jorge Esténger Wong
Citroën Revolte Concept

El concept Revolte resume los principales criterios del fabricante francés Citroën para los próximos años.  Se trata de un auto compacto, diseñado para la ciudad y su denso tráfico urbano que incorpora elementos de lujo; tecnología y glamur. Su principal arma: la mujer.

Presentado en colores iridiscentes todo el vehículo respira futuro, mientras en su interior sofisticados elementos textiles conforman su tapicería, inclinada hacia el gusto femenino en una interesante interpretación de la participación, cada vez mayor, de la mujer como protagonista en el tráfico urbano.

El Revolte consta de un sistema hibrido de propulsión con un pequeño motor de combustión interna y un motor eléctrico, ambos con la capacidad de mover al vehículo por si solos o combinados. Esto posibilitará obtener no solo un buen rendimiento de combustible, sino emisiones mínimas de CO2.  En el techo celdas fotovoltaicas se harán responsables de liberar a las baterías de la carga eléctrica que representan los sistemas de a bordo y de clima.

Sin embargo, el principal aspecto del Revolte radica en su estética. Su original diseño interior se complementa con el empleo de materiales y combinaciones de asientos muy orientados hacia el público femenino, convirtiéndose de esta forma en una singular novedad con un marcado esfuerzo en transformar los criterios de lujo y funcionalidad.

El espacio trasero es ocupado por un sofá de líneas suaves que continúan y se extienden hasta llegar a ocupar el espacio del asiento delantero.  Así, quien ocupe esta plaza podrá estirar las piernas todo cuanto quiera y, además, disfrutar de una poco convencional, y muy amena, forma de viajar y participar de la experiencia del camino con el resto de los ocupantes del auto.  Con una capacidad de tres plazas y unas dimensiones exteriores que llegan hasta los 3,68 m de longitud total el Revolte se inscribe en el segmento del Toyota IQ y del esperado FIAT 500 Topolino.
 

Créditos
Jorge Esténger Wong