Clásicos de alquiler: Rentar una Fantasía

Creado: Vie, 02/10/2015 - 11:57
Créditos
Jorge Esténger Wong
Clásicos de alquiler: Rentar una Fantasía

En Cuba, los autos clásicos forman parte del atractivo turístico. Acceder a ellos es ahora muy fácil, siendo posible disfrutar de una experiencia única. Sus propietarios se han convertido en verdaderos guías especializados, conocedores de las riquezas culturales de la Isla y de su realidad cotidiana.
   
Conocí a Arley Gómez hace quince años. Llegaba él a La Habana y empezaba a probar suerte en la ”gran urbe“ del  Caribe, convencido de que las formalidades excesivas del sistema laboral de entonces no le permitirían desplegar su iniciativa. Dentro de las posibilidades existentes comenzó a ejercer algunas labores como cuentapropista (así llaman en Cuba a los trabajadores del sector no estatal) y se aferró a esa  opción a la espera de mejores oportunidades.

El momento llegó tras la implementación de los nuevos programas de la economía cubana. Entre los muchos sectores que se han modificado, los servicios y el transporte están entre los de mayor impacto. Ahí encontró Arley su espacio. Hace unos años había comprado un cuasidestartalado Buick 1957, para comenzar a trabajar como un ”almendrón“ (servicio de taxi colectivo y por vías fijas muy popular en Cuba) en la zona de Miramar, La Habana. Esta es un área residencial-hotelera, al noroeste de la ciudad, y cada día Arley añoraba poder brindar sus servicios a los turistas que pululaban a su alrededor, literalmente fascinados con los autos antiguos. Era imposible: ese servicio estaba limitado a los taxis estatales que abarrotaban las piqueras hoteleras con modelos coreanos.

Pero desde 2010 se ensayaba un nuevo sistema para el servicio de taxis al turismo y, para finales de 2014, se generalizó el arrendamiento de la flota de vehículos de propiedad estatal y se abrió las puertas a los privados para obtener su Medallón Oficial, y quedar todos bajo el vínculo del nuevo concepto. Por supuesto, deberían cumplir requisitos técnicos y de seguridad mínimos para ello. Pero Arley no había perdido el tiempo. Del destartalado Buick solo quedaba el recuerdo, poco a poco había logrado mejorar cada sistema, y hasta la propia apariencia, para convertirlo en un verdadero clásico, haciendo realidad el lema de un buen amigo de Excelencias: ”no soy viejo, soy un clásico“. Ha devuelto al vehículo su hidalguía de antaño e incluso añadido nuevas comodidades.
 
De esta forma, Arley se presentó a la convocatoria de Taxis-Cuba y logró su Medallón Oficial. Ahora, puede acceder a las piqueras de todos los servicios turísticos de Cuba, trabajar con agencias de viajes radicadas en el país y de forma directa con los numerosos clientes que ya le conocen y le buscan cada vez que regresan a Cuba. En su renovado ”maquinon“ de los cincuenta, equipado hoy hasta con aire acondicionado, lo mismo se puede realizar un mágico City Tour por La Habana, que una excursión de 500 km a lo más intrincado del país. Pero Arley no solo se ocupó de mejorar su automóvil.

A la reconocida educación de que disfrutamos los cubanos, añadió conocimientos de historia y cultura de los más diversos lugares de la Isla, e idioma inglés (estudiar idiomas en Cuba es fácil y además gratis, existiendo múltiples opciones para quienes estén interesados) convirtiendo el ”paseo en auto clásico“ en un contacto directo con la realidad cubana, de gran atractivo para los turistas. Los años de esfuerzo –tanto del país como de Arley– comienzan a dar frutos, los turistas que lleguen a Cuba tendrán un servicio de gran calidad, diverso, junto a la proverbial simpatía y buen clima del país. 

Créditos
Jorge Esténger Wong