La marca nipona por excelencia trae noticias interesantes en su gama para el próximo año. El ”pequeñín“ Aygo recibe mejoras estéticas interiores y exteriores y logra contener su precio, mientras el revulsivo FCV podría llegar a Europa, pues ya es una realidad en el mercado japonés. Veamos.
El pequeño Aygo
Desde 2006 Toyota vende el Aygo, un modelo pequeño, que ya ha recibido un par de actualizaciones. Ahora Toyota propone una serie de mejoras, sobre todo en la parte estética, al permitir personalizar el modelo con paquetes de diseño que intentan adaptarlo al gusto del comprador.
El Toyota Aygo 2015 se ofrece con dos niveles de equipamiento: una básica X y la más completa X-PLAY. La versión X no admite personalizaciones, por lo que pierde buena parte del encanto de este modelo. Con la X-PLAY, se puede optar por dos paquetes de opciones, uno exterior y otro interior. Los paquetes exteriores e interiores son incompatibles entre sí, pero cada uno de ellos es ampliable hasta reunir prácticamente el total de elementos de los dos. Los paquetes exteriores se llaman x-mask y x-line y los interiores IN-touch e IN-tense. El Aygo está disponible con un motor de gasolina, de tres cilindros, y 1,0 litro de cilindrada. Se podrá elegir combinado con un cambio manual o uno automático. La aceleración de 0 a 100 km/h es 14,2 segundos y la velocidad máxima es 160 km/h. El Toyota Aygo, con cambio manual, sin las especificaciones de la versión de bajo consumo, gasta 4,1 l/100 km. Lo más interesante será su precio: prácticamente por debajo de los 10 000 euros en cualquier mercado europeo.
De serie lleva, entre otros elementos de equipamiento, cámara de visión posterior, control de estabilidad, airbags de cortina, anclajes isofix para sillas infantiles, asistente de arranque en pendiente, mandos de la radio en el volante o limitador de velocidad.
El FCV
Esta otra novedad de Toyota es un turismo eléctrico, el cual obtiene la energía de una pila de combustible de hidrógeno. Estará a la venta, en algunos mercados europeos, a partir del verano de 2015 con un precio por ahora desconocido, aunque en el mercado japonés oscila alrededor de unos 50 000 €. El problema más evidente para su comercialización es que necesita repostar hidrógeno, y esto aún es problema en muchos países, lo que limita sus aspiraciones de funcionar como un modelo ”global“. En el FCV el hidrógeno almacenado en el depósito se combina con oxígeno, obtenido del aire, para producir electricidad y, como residuo, vapor de agua.
Por tanto, es un coche que no produce emisiones contaminantes. Frente a un coche eléctrico ”convencional“, la principal ventaja es que el depósito de hidrógeno se llena en poco tiempo, tres minutos, en vez de largos periodos de recarga. Toyota no ha dado información sobre la potencia del motor eléctrico, pero asegura que ”tiene unas prestaciones y una autonomía similares a las de un vehículo con motor de gasolina“.