La temporada 2009 pinta feo, no solo por la retirada de Honda (que ya es bastante), sino porque se acrecientan los problemas financieros. Ahora los directivos de la prueba reina del automovilismo se han encarnado en los pilotos que tienen altos salarios, para que reduzcan sus honorarios. Tanto Mosley como Ecclestone mantienen la esperanza de que finalmente compren a Honda; además, están entusiasmados con la posible aparición de una nueva escudería de origen norteamericano.
Max Mosley ha planteado que los sueldos de los pilotos de F1 son lo bastante altos como para pagar el triple de lo que pagan actualmente para participar en el mundial. Pero la asociación de pilotos de Fórmula 1 (GPDA) ha montado en cólera y no está de acuerdo en pagar un precio tan desproporcionado.
En una misiva dirigida al principal de la FIA, los miembros de GPDA le han hecho saber su desacuerdo de no pagar, a través del precio de las súper licencias, los costos de los gastos de la temporada. El incremento del valor de la licencia oscila entre los 200 y 350%; siendo, ahora mismo, las más caras del mundo.
En cuanto a Honda, tanto Bernie como Max han confirmado el interés de Nick Fry y Ross Brawn, los actuales jefes de la escudería, en comprarla. Ya hicieron los primeros intentos, y puede que tengan éxito, ya que ambos son profesionales muy competentes.
Del nuevo equipo se sabe muy poco, solo que se llamará USF1, que estará liderado por Ken Anerson y Peter Windsor y que tendrán su cuartel general en Carolina del Norte. Se cree, además, que utilicen tecnología y pilotos estadounidenses. No hay nada concreto, pero es posible, sobre todo ahora que redujeron los costos por equipos a solo 50 millones.
De cualquier manera, para que no se alisten solo 18 bólidos en la parrilla, si nada de eso ocurre, piensan incorporar monoplazas de otras categorías (como la GP2). Toda una locura desesperada a muy poco de que se apague el semáforo rojo en Australia.