El arraigo a la tierra desde una Ford F3 de 1952

Creado: Vie, 29/10/2010 - 23:55
Créditos
Jorge Esténger Wong
El arraigo a la tierra desde una Ford F3 de 1952

Conservar un automóvil en una familia durante varias generaciones es algo significativo, pero cuando ese vehículo, además, es un medio de trabajo y sustento para ella, el hecho entonces se convierte en algo extraordinario, enraizado a la esencia misma de la vida.  Ese es el caso de esta Ford F-3 de 1952, que se mantiene en la familia de Armando Pascual, su actual propietario, por tres generaciones.

Cuenta Armando que a principios de los años cincuenta su abuelo, un guajiro (voz popular utilizada en Cuba para nombrar a los campesinos y que viene del inglés ”warheroe“ con que los soldados norteamericanos nombraban a los soldados cubanos de la Guerra de Independencia de Cuba) emprendedor luchaba a brazo partido por echar ”pa´lante“ su pequeña finca Medrano Redención, en la localidad de Marianao, a las afueras de La Habana.  Llegó el momento en que las economías le permitieron buscar el auxilio de un vehículo para las labores propias del campo y compró entonces la dura camioneta Ford, ya de uso, en el año 1956.  Desafortunadamente, el rastro anterior del vehículo se pierde y nunca se pudo establecer su destino entre 1952 y 1956.

En verdad, el abuelo Ernesto no pudo hacer mejor elección, pues las camionetas Ford de la Serie F han demostrado luego, a lo largo de los años, ser vehículos imbatibles por su calidad, lo cual las ha mantenido en el tope de su categoría todo este tiempo.  La fuerte F3 ayudó a la familia a salir adelante y siempre ha sido el vehículo utilizado para el acarreo de los alimentos para los animales, sobre todo cerdos, transporte de los animales y/o la carne a los mercados, materiales de construcción y demás necesidades del trabajo en el campo.  Hoy la camioneta es testigo de la tradición y el  apego de una familia  por el campo y el trabajo de la tierra, y aunque la finca Medrano Redención, fue alcanzada por la ciudad -hoy allí corre la amplia Avenida 100- en crecimiento, la familia Pascual se mudó a Bauta, localidad a unos 30 Km al oeste de la capital, para seguir allí su trabajo de toda la vida.

Personalmente conozco la camioneta Ford F3 de Armando desde los años ochenta, cuando escribí un primer reportaje sobre ella. Recuerdo de entonces que las fotos tomadas fueron parciales, pues la F3 estaba sufriendo la única reparación de chapistería que ha necesitado en todos estos años.  La cama estaba en un estado deplorable por el duro trabajo y, además de ser reparada, se aprovechó el momento para alargarla y aumentar así su capacidad de carga.

Contrario a lo que pudiera pensarse Armando conserva su vehículo en magnífico estado, no solo mecánico, sino en su apariencia.  Las fotos que acompañan este trabajo son una prueba de ello y, tanto es así, que la Ford F3 está inscrita en la Escudería de Autos Antiguos y Clásicos ”A LO CUBANO“, donde resalta en cada una de sus actividades.  El orgullo familiar rebosa en este hombre que conserva a bordo, lista para mostrarla, la propiedad original de la compra de la camioneta.  Ese fue mi caso, pues debo añadir que nuestro reencuentro no fue planificado y la sesión de fotos para este trabajo, completamente improvisada.  En el documento consta la adquisición de la Ford F3 modelo 1952, de color verde, en el establecimiento de Ledo y López, existente en aquel entonces en la esquina de Calle Zapata y Calle 6, en el populoso barrio del Vedado habanero, a unos cientos de metros del Cementerio de Colón. Conversar con él y conocer de primera mano la vida de esta familia, su trabajo en el campo y su fabulosa camioneta es un privilegio excepcional que agradezco y comparto con los lectores de Excelencias.

 

Créditos
Jorge Esténger Wong