De pronto pudiera parecernos un Audi Q7 ”a escala“, pero se trata de la nueva generación del Q5 que estira sus dimensiones, gana en confort, potencia sus motores, amplía su arsenal tecnológico y llegará al mercado a principios de 2017.
No cabe duda que Audi se propuso dar otra vuelta de tuerca a uno de sus modelos que más consistencia viene demostrando en las listas de éxitos de los últimos años, por lo que el trabajo para su puesta a punto ha sido de todo menos rutinario.
Con un rediseño completo, más deportivo y versátil, el nuevo Q5 del fabricante de Ingolstadt se distingue ahora por la marcada línea de la cintura y los prominentes pasos de rueda, más allá del empleo de pliegues en la carrocería que patentizan su equilibrio visual a la vez que lo dotan de mayor rigidez.
De hecho, la minuciosidad con que fue labrada su arquitectura se nota de antemano en la relación peso/tamaño, pues aunque el vehículo aumenta todas sus cotas —al alcanzar los 4.66 m de largo, 1.89 de ancho y 1.66 de alto—, los ingenieros han logrado que adelgace hasta en 90 kg.
Un reto que han sabido solventar gracias al empleo de aluminio y aceros de alta resistencia, mejorando al mismo tiempo su comportamiento aerodinámico con un coeficiente que se sitúa en un fabuloso Cx de 0.30.
Esa virtud a la hora de ser manejado llega afianzada por una oferta mecánica que a su arribo contará con cinco motores: cuatro turbodiésel y un gasolina TSFI, cuya tónica general es el aumento de la potencia y la disminución de los consumos. Excepto la versión básica, TDI de 150 CV que saldrá más adelante, todos cuentan con la tracción total ”quattro“ y un rango de 163 a 286 CV.
Mientras, a nivel de equipamiento, se puede optar por un sistema de navegación con ”asistente personal de ruta“, capaz de aprender nuestros caminos habituales, así como un sistema de proyección de información en el parabrisas ”head-up display“, o el módulo Audi Connect para hacer del coche un punto wi-fi hasta para 8 dispositivos móviles, más de los pasajeros que pueden viajar en su interior.
Y es que al referirse al nuevo Q5, Audi lo promociona como un nuevo paso hacia la conducción autónoma, gracias a las múltiples ayudas que incorpora para aparcar, mantenerse en el carril si el conductor se despista o avisar de la presencia de otro auto en el ángulo muerto del retrovisor.