Los vehículos del futuro ya están a la vuelta de la esquina con los pasos agigantados que da cada día la conducción autónoma y para demostrarlo ahí está el llamado Mercedes-Benz Future Bus, que acaba de operar ”sin conductor“ una línea del transporte urbano en la ciudad de Ámsterdam.
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Para realzar la dimensión del hito, nótese que el experimento se desarrolló entre el tráfico real y que la línea cubría para más inri 20 km, con vías de muy diversa índole en la capital holandesa, donde el autobús llegó a circular a una velocidad de hasta 70 km/h, gracias al denominado sistema CityPilot.
El objetivo de esta tecnología no es otro que el de garantizar rutas urbanas más seguras y eficientes, en las que Mercedes-Benz pretende que la conducción autónoma, dirigida, de momento, por GPS, sistemas de radar de corto y largo alcance, y videocámaras, se extienda a partir de una conexión permanente entre el vehículo y la infraestructura, y sin emisiones contaminantes.
Nada, que se trata de la plasmación de lo que había avizorado ya hace dos años al presentar el concepto del Future Truck 2025 autónomo, aunque obviamente la cristalización de ese proyecto parece haber llegado antes de lo previsto.
De ese modo, el autobús de 12 m de largo basado en un Citaro (aunque con diseño exterior e interior muy propio), logró cubrir sin problemas el tramo habilitado (Schiphol-Haarlem) para el sistema de autobús de tránsito rápido o BRT de Ámsterdam, haciendo las paradas correspondientes, respetando las normas del tránsito y recogiendo pasajeros a su paso.
Si entrecomillamos antes la frase ”sin conductor“, es porque a bordo del autobús de Mercedes iba uno para monitorear las acciones, aunque en ningún momento tuvo que hacer uso de la dirección, el acelerador ni los frenos.
La travesía, por decirlo claro, fue un éxito rotundo, toda vez que el vehículo conectado mediante Wi-Fi consiguió conocer el estado de los semáforos y aprovecharse de saber cuándo se pondrían en rojo o si estarían en verde a su paso.
La compañía asegura, además, que la suavidad de conducción del sistema permitió un viaje cómodo, supuso un ahorro de combustible y facilitó también un menor desgaste de componentes como las pastillas de freno, por ejemplo. Así que lo dicho: la automoción del futuro anda ya a la vuelta de la esquina. De la mano de Mercedes.