Muy publicitado en los salones de principios de años, sobre todo en Ginebra, el concepto IBE resume toda la nueva estrategia de SEAT para su desarrollo en el futuro inmediato: imagen magnética, criterio ecológico y buenos performances.
Con una imagen insuperable este compact-coupé aprovecha al máximo las posibilidades de las nuevas tecnologías y las interpreta a su favor: adiós al voluminoso y contaminante motor de combustión interna bajo el capó. Ello permite un frontal más preciso y plano, con líneas exactas, de maravillosa precisión. No cabe duda que la mano del ex Lamborghini y ahora Jefe de Diseño de SEAT, Luc Donckerwolke, dejó su huella en un diseño que marca el origen tecnológico del auto y le brinda su toque de arte.
El resultado ha sido tan satisfactorio que las declaraciones de los máximos directivos de SEAT confirman a las claras que esta será la imagen base de sus futuros modelos, definiendo a este IBE como el portador del ADN puro que servirá de guía en sus creaciones, la más inmediata de ellas el León Ecomotive de tecnología hibrida, previsto para 2014.
El SEAT IBE inscribe además un concepto de movilidad para grandes ciudades muy apetecible, ofreciendo un auto mediano-pequeño totalmente libre de emisiones y capaz de mantener las prestaciones en los niveles 
a que hemos llegado a acostumbrarnos, con cotas de aceleración perfectamente compatibles con cualquier modelo generalista de hoy día: de 0 a 50 km/h en 3,4 segundos y 9,4 para el 0 a 100; velocidad máxima de 130 km/h.
Utiliza un motor eléctrico ubicado bajó el capó frontal, junto a toda la electrónica, y una batería de íon-litio en la parte trasera procurando una distribución lógica del peso. Luego comienzan a desfilar elementos de a bordo como la comunicación Car-to-X que permite intercambiar datos sobre retenciones en carretera y avisos de seguridad con vehículos o con elementos de la infraestructura vial y las magníficas luminarias LED, al más puro estilo de Audi.