De fiesta el automovilismo mexicano porque el próximo día 13 de octubre comienza la 29 edición de la Carrera Panamericana. Arranca en el estado de Querétaro y termina el 20 de octubre en Durango. Nueve etapas, más de 3 000 km de recorrido en este legendario rally de autos clásicos antiguos.
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La Carrera Panamericana ha sido el evento automovilístico de velocidad por carretera más importante y de mayor recorrido en el mundo, superior a las famosas carreras italianas de Mil Millas y Targa Florio. Esta carrera Panamericana se largó por primera vez en el otoño de 1950 y en ella han participado los ases mundiales del volante, incluido el campeón argentino Juan Manuel Fangio.
Fue organizada por Enrique Martín Moreno y un comité de automovilistas, con el apoyo del Gobierno de México. En 1956 se decidió, por motivos de seguridad, suspender este evento. Sin embargo, los amantes de automóvil en México no renunciaron a la Carrera Panamericana y en 1988, liderados por Pedro Dávila y Eduardo de León, revivieron el evento.
Compiten autos fabricados entre 1940 y 1965, en diferentes categorías, y solo se permite mejorar o modernizar la suspensión y la seguridad. Hay 4 grupos y 9 categorías, que van desde los Históricos y Originales hasta los Turismos de producción. También participan modelos prototipos, como exhibición, pero sin derecho a premio. Para este año 2016 hay inscritos más de 100 tripulaciones.
Se corre por carreteras habitualmente abiertas al tránsito, que son cerradas a la circulación en tramos, para el evento, por la policía federal. En esta 29 edición, la clasificación empieza en la Peña de Bernal y de Querétaro sigue por Puebla, Ciudad México, Estados de México, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas y Durango. La velocidad promedio de estos autos en algunos tramos de carretera, supera los 180 km/h.
Aquí van aquellos ”muscle car“ de leyenda, con sus motores clásicos de los 50 e inicios de los 60, poderosos, gigantescos, junto a los maravillosos (que también son clásicos) deportivos europeos, cada cual en su categoría, pero todos en competencia por las angostas carreteras mexicanas, rememorando las primeras carreras de automóviles.
Es un espectáculo inolvidable que no se parece nada a los actuales Grandes Premios, en circuitos, con vehículos diferentes a los que ruedan por calles y avenidas. La Carrera Panamericana es hoy para el automovilismo, lo que el TT de la Isla de Man significa para el motociclismo: es algo así como ir al pasado para ver cómo era antes.