El R5: más de cinco millones de unidades y 40 años después

Creado: Dom, 08/04/2012 - 17:54
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Jorge Esténger
El R5: más de cinco millones de unidades y 40 años después

Es muy probable que el Renault 5 –uno de los modelos más famosos del automovilismo francés– haya sido concebido en la ciudad de New York. Resulta que su creador, Bernard Hanon, a comienzos de los años setenta era profesor en la universidad de esa ciudad. Desde allí, fue capaz de entrever la necesidad de este modelo para Renault y convencer a Louis Dreyfuss, Director General de Renault en ese entonces, de dar luz verde al proyecto.

Desde el principio se trató de producir un automóvil barato, fuerte e innovador; buscando lograr con soluciones técnicas un rendimiento superior a un precio ínfimo. Por ello, el Renault 5 fue de los primeros en incorporar los parachoques (o defensas en muchos lugares) plásticos. Esto permitía abaratar costos y demostrar que estos eran superiores a los metálicos, desde el punto de vista de la seguridad, al absorber mucho mejor la energía en casos de impactos. Era un momento de cambios en los criterios de seguridad –en el que la solidez de los acorazados automóviles americanos era sustituida por el pragmatismo de la física en función de la absorción de energía y no trasmitir cargas hacia el habitáculo en caso de colisiones– y el Renault 5 fue de los pioneros en esa línea.

Su diseñador principal, Michel Boué, captó con rapidez la esencia de las necesidades de Renault, y utilizando cuanto pudo del Renault 4, logró un automóvil diferente y capaz de resistir la producción de más de cinco millones de unidades. La configuración adoptada fue la del motor transversal delantero, sobre un monocasco de carrocería, con la palanca de cambios aún sobre el salpicadero, al igual que en el R4. El motor era sencillo, de entre 0.782 y 1.397 L de desplazamiento y la tracción, delantera. Sin dudas, era un auto de conceptos avanzados para la época –no innovador– y muchas de esas soluciones terminaron adoptándose de forma masiva en la industria.

En un inicio, nadie apostaba por el pequeño R5. Sin embargo, fue un momento para coches de su tamaño en el mundo –recordar la crisis por la subida de los precios del petróleo– gracias a la influencia de aires renovadores en varias esferas de la sociedad, desde la cultura hasta la política. De una forma u otra, el Renault 5 sobrevivió y cruzó el océano, para ser producido en México, donde se le bautizó popularmente como ”Renault Zapatito“, en 1975. Apenas unos años después, Bernard Hanon –ya como Director de Proyectos de Renault– potenció la aparición de otros modelos como el Renault 14, el Renault 25, el Supercinco, y el monovolumen Renault Espace. Entre 1981 y 1984 fue Director General de Renault y uno de los artífices de la alianza con la extinta American Motors Corporation (AMC), pero esa ya sería otra historia.

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Jorge Esténger