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Skoda tiene razones más que justificadas para celebrar después que el Octavia, el ”corazón de la marca“ superó hace pocos días la barrera de los seis millones de unidades producidas.
No en vano, se trata de un coche icónico, pues además de erigirse en un verdadero superventas fue el primer modelo que el fabricante checo creó tras unirse al grupo Volkswagen.
Realmente en Skoda no se rompieron mucho la cabeza a la hora de nombrarlo, pues se inspiraron en el auto homónimo que ya habían producido entre 1959 y 1971 y que ”ofrecía mucho espacio y tecnología muy moderna para la época“.
No obstante, el nuevo Octavia se erigiría pronto en la verdadera punta de lanza de Skoda al superar con su primera generación en poco más de una década —se fabricó de 1996 a 2010— el millón unidades, con 1 442 100 exactamente, mientras que la segunda (de 2004 a 2013) vendió 2 604 100.
Presentada en el Salón de Ginebra de 2004, con un diseño fresco, más espacio y tecnología punta, dicha generación abriría también las puertas a la internacionalización de Skoda, que comenzó a producirla en la planta india de Aurangabad en 2005 y en 2009 en la factoría rusa de Volkswagen en Kaluga.
La tercera generación, por su parte, se lanzó en 2012 y ha entregado hasta la fecha 1 588 400 unidades, con un restyling presentado en febrero de este año, tras el cual hizo su irrupción la versión más radical del Octavia, con el apellido RS.
Disponible tanto en berlina como en carrocería familiar, esta última sobresale por ser el Skoda más potente de la historia, con un propulsor de gasolina TSI de cuatro cilindros capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos con una velocidad máxima de 250 km/h.
Y es que si por algo ha destacado siempre el modelo, es por tener una formidable capacidad de mejora, como demuestra la actualización del 2017, ”más dinámica que nunca“ —según la marca— con una estética agresiva, además de erigirse en el primer Octavia que ofrece los servicios en línea móviles de Skoda Connect..jpg)