El Stutz, un auto tan exclusivo como su historia

Creado: Vie, 11/02/2011 - 15:06
Créditos
Jorge Esténger Wong
El Stutz, un auto tan exclusivo como su historia

El Stutz fue un auto de lujo extremo, hecho con perfección artesanal. La variedad de carrocerías, estilos y detalles podían ser ordenados por sus dueños de forma que cada Stutz podía considerarse una pieza única.  La producción en serie jamás existió para esta ostentosa marca norteamericana.

Genio y figura siempre caracterizaron los automóviles Stutz, en sus dos apariciones en el mundo del automovilismo, hasta su sepultura. Aparecidos en 1913, su modelo Bearcat de 1914 llegaría a ser uno de los más famosos de Norteamérica, dirigido al sector más rancio y exigente del mercado.  Con esa filosofía la marca sobrevivió, increíblemente, hasta finales de los nefastos años treinta, que se llevaron por delante a tantos buenos automóviles norteamericanos (Duesemberg, Cord y otros) que nos dejaron a GMC, Ford y Chrysler.

A mediados de los años veinte se contrató a Fred Moskovics (que nada tiene que ver con los Mosckvich soviéticos posteriores) para dirigir la compañía, y bajo su mandato se desarrolló toda una nueva gama de coches: los Vertical Eight, que serían la espina dorsal de la empresa casi hasta su desaparición.  Este modelo era, en todos los sentidos, más práctico y más versátil que cualquiera de sus predecesores. Su nombre vino dado por una opción de motor, una unidad con ocho cilindros en línea, nueve apoyos de cigüeñal, dos válvulas por cilindro, doble ignición y un árbol de levas simple en cabeza. Al principio, este propulsor contaba con 4.9 litros de cubicaje, pero pronto aumentaría a 5.3 litros. Estaría disponible, de una u otra forma, hasta 1936, en que se fabricó el último de los Stutz.

Entre 1926 y 1935, la familia y la gama de los Vertical Eight se fueron desarrollando asociadas a varias manifestaciones automovilísticas, entre las que se destacaron el legendario deportivo Black Hawk, que llegó a participar con gran éxito en la carrera de las 24 Horas de Le Mans. A lo largo de los años, se construyeron modelos con tres anchos de batalla: 3 239 mm, 3 416 mm y uno super-largo de 3 683 mm, aunque todos ellos contaban básicamente con el mismo motor y suspensiones.  El M, un derivado de esta gama, fue lanzado en 1928 con una gran variedad de estilos de carrocerías (muchas de ellas diseñadas por Weymann, y otras, más exclusivas, obras de Le Baron y de Fleetwood). Los M de Stutz fueron coches destinados a la clase alta norteamericana, todos ellos muy espaciosos y, en su mayor parte, acabados a mano. También era posible encargar versiones personalizadas a gusto de cada cliente. En 1928 se registraron 2 600 pedidos, pero un año más tarde la cifra de ventas se redujo a 2 320 unidades y, ya en el periodo comprendido entre 1930 y 1936, cuando la depresión dejó sentir sus terribles efectos, la producción descendió a sólo 1 500 coches.

Aunque Stutz trabajó duramente para mejorar la gama de los Vertical Eight durante la depresión, la potencial clientela se había esfumado, por lo que, entre 1934 y 1935, sólo se entregaron un puñado de estos vehículos. La compañía se declaró en quiebra en el año 1937 y cerró definitivamente en 1938.  Para los años sesenta su nombre sería revivido, pero esa será otra historia.

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Jorge Esténger Wong