Estilo Futuramic; Rocket V8 y Oldsmobile podía volar

Creado: Lun, 26/10/2009 - 16:48
Créditos
Jorge Esténger Wong

Pocas marcas lograron un cambio tan claro en su desempeño luego de la Segunda Guerra Mundial como la ya desaparecida Oldsmobile. Hasta ese momento producía autos sólidos, cumplidores pero nada espectaculares.

Desde 1948 con la llegada del estilo Futuramic y los motores Rockets V8 eso cambiaría drásticamente, llegando a dominar por varios años el mundo del alto desempeño en el ámbito norteamericano de la época.

Todo ello unido a la ya probada transmisión Hydra-Matic hizo de los Oldsmobile de ese período verdaderos cocteles de dinamita, al montar el gran motor V8 Rocket de alta compresión y válvulas a la cabeza en las carrocerías medianas de la Serie 88. El estilo Futuramic provenía de los concept que venía desarrollando General Motors y que se materializaron en la serie B de carrocerías de sus diferentes divisiones.

Varias de sus marcas emplearon elementos de la aviación en su diseño para aprovechar los efectos de la guerra, aún latentes y, sin dudas, por sus innegables aportes estilísticos. Oldsmobile empleó con acierto ornamentos que semejaban las entradas de aire del caza P-38, debajo de las luces frontales.

El rendimiento de los Olds ”junior“ no se hizo esperar y comenzaron a liderar diferentes circuitos para autos de stock. En 1949 un Oldsmobile Serie 88 fue escogido como Pace Car de las afamadas 500 Millas de Indianapolis, el vehículo preparado llevaba todo el frente de plexiglass, para exhibir orgulloso el motor Rocket V8 responsable de tanto alboroto. Incluso se podía ordenar a la fábrica el vehículo de esta forma, si se deseaba.

Los resultados oficiales hablan por sí solos: los Olds 88 ganaron 5 carreras de NASCAR de ese año, Red Byron ganó la carrera de autos de stock disputada en las arenas de Daytona Beach, Florida y fue luego declarado campeón nacional de 1949. El Oldsmobile Serie 88 de 1949 podía acelerar de 0 a 100 km/h en 12.2 segundos y correr el cuarto de milla en 19.9 segundos. En ese momento nadie lo hacía más rápido.

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Jorge Esténger Wong