FOD 1925, el automóvil visionario

Creado: Lun, 07/06/2010 - 01:21
Créditos
Jorge Esténger Wong
FOD 1925, el automóvil visionario

La búsqueda de soluciones para aligerar el peso de los automóviles se remonta prácticamente a sus inicios.  Es un principio elemental que un bajo peso permite un mejor aprovechamiento de la potencia del motor en aquello que más interesa a cualquier fabricante: mover el vehículo.  Luego se añaden otros elementos muy importantes relacionados con el comportamiento del vehículo durante su movimiento, debido a que la masa es un factor determinante para las leyes de la física que describen y rigen este movimiento.

Asombra entonces conocer que en época tan lejana como 1925, y casi me asusto al afirmarlo, ya un fabricante italiano empleó de forma extensiva el aluminio en su automóvil: es el caso del FOD.

Este vehículo toma su nombre del ingeniero Francesco de Benedetti, propietario de una fundición en Turín, quien concibe la producción de un automóvil que pueda responder a las exigencias del momento y llamó a su proyecto ”Fonderia Oficcine de Benedetti“.  Realmente Benedetti fue mucho más allá, si debemos creer en los datos recogidos en diversas publicaciones las cuales afirman que el FOD marcó el camino evolutivo del automóvil en varios aspectos, pero sobre todo en la factibilidad del empleo extensivo del aluminio. 

Este pequeño auto contaba en esa fecha con un motor con block y tapa de aluminio, al igual que las mazas de las ruedas y los tambores de frenos.  El motor era de cuatro cilindros en línea y con apenas 565 cc de cilindrada generaba la misma potencia de un Ford T de la época, 20 CV, el cual llegaba hasta los 2,8  litros.

Si luego añadimos que el FOD apenas pesaba 400 kilogramos entonces comprenderemos cómo superaba los 80 km/h de velocidad máxima.  Existen datos que aseguran un consumo de 1 litro cada 100 kilómetros, lo cual nos parece imposible, mientras otros afirman que un conductor de apellido Beretta condujo un FOD  de serie por 1 200 kilómetros entre Turín y Barcelona y consumió 135 litros.  Hagan sus propios cálculos.

De cualquier forma, al paso del tiempo el valor del FOD no serían sus performances, sino la audacia de emplear un material que aún tardaría décadas en lograr ser empleado con eficacia en la industria del automóvil.  El pequeño FOD se mantuvo apenas un año con vida y luego se extinguió sin quedar claras las razones para su rápida desaparición: tal vez las precarias finanzas de su propietario, tal vez las dificultades tecnológicas propias de la fundición del aluminio, aún en ciernes en esta industria.

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Jorge Esténger Wong