Ford Consul 1950, un clásico europeo Made in USA

Creado: Dom, 26/06/2016 - 12:48
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Jorge Esténger Wong
Ford Consul 1950, un clásico europeo Made in USA

Mientras preparaba los bocetos de sus gigantescos modelos de los años cincuenta, Detroit desarrollaba criterios muy diferentes para sus marcas europeas. El Ford Consul 1950, es un ejemplo clásico del auto europeo de esa década. Solo que fue diseñado en Estados Unidos.

Hemos llenado interminables páginas de cómo los autos europeos y asiáticos invadieron Norteamérica por la incapacidad yanqui de fabricar autos pequeños y eficientes. Pero, justo al inicio de la década de los cincuenta, en 1950, un pequeño modelo era presentado en Londres: nacía el Ford Consul.

El Ford Consul es un caso muy singular, que ya anunciaba la capacidad global que hoy impera en el mercado automotriz. Se concibió en pleno corazón de la industria automotriz norteamericana: en Detroit. Allí, desde donde saldrían los gigantes que luego llamaríamos ”Clásicos Americanos“, se enviaron todos los detalles hasta la lejana Albión, para producir un auto que sería la esencia de la industria automotriz europea de esa década: pequeño, sólido como una roca, eficiente y duradero. Irónicamente, esta sería la fórmula que pondría en jaque a la industria yanqui a finales de esa década y los obligaría a lanzar modelos como el Falcon el Corvair y el Valiant.

Pero a lo nuestro. El primer Consul fue presentado en fecha tan temprana como 1950, siendo el primer Ford británico con carrocería monocasco. Era esta del más puro estilo pontón, con 4.17 m de longitud total y apenas 1 030 kg de peso. Empleaba un motor cuatro cilindros, que utilizaba un esquema que sería clásico de este tipo de autos: arquitectura supercuadrada -diámetro mayor que la carrera- para buscar más revoluciones, con menor cilindrada. En efecto, este Ford Consul 1950 ya empleaba un motor de 1.5 L, de 47 CV de potencia. Su talón de Aquiles era su árbol de levas lateral, un paso por detrás de la nueva generación de este tipo de máquinas que ya tendrían el árbol de levas a la cabeza.

La mecánica tenía detalles de confort como el embrague hidráulico, para suavizar el funcionamiento, el cual se acoplaba a una transmisión mecánica de tres marchas, con mando sobre el timón de la dirección. Con todo esto alcanzaba una velocidad máxima de 119 km/h, más que suficiente para la época y tipo de auto. Del eficiente y sólido Ford Consul 1950 se produjeron 217 732 unidades hasta 1956.

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Jorge Esténger Wong