Es lo que hay: China con el soberbio despegue ecuménico de su economía en los últimos años, no solo es ya innegablemente el paraíso soñado de los grandes fabricantes en cuanto a ventas gananciales se refiere, sino que encima comienza a ejercer un rol cada vez más activo en el desarrollo del sector con sus propias automotrices.
La última prueba concluyente al respecto la ha brindado el holding Zhejiang Geely, que en 1986 surgió como productor de refrigeradores y aires acondicionados, y ya el año pasado se aseguró el control de la sueca Volvo, con su adquisición de manos de Ford.
Geely, sin embargo, no se ha conformado con esta operación para abrirse paso en Europa y ya proyecta invadir el Viejo Continente con una iniciativa bien inusitada: a bordo de los célebres taxis TX4 que ya circulan por las avenidas londinenses.
La idea de la compañía china, que fabrica actualmente dicho modelo en una joint-venture con la Manganese Bronze Holdings (de la que a su vez posee el 20 por ciento), pasa en efecto por llevar los típicos automóviles públicos ingleses a otros países como Francia, donde ya comenzaron a ser importados a través de la firma Asie Auto.
Para ello, la Zhejiang Geely planea aprovechar la capacidad productiva y los bajos costos que le ofrece otra joint-venture con la Shangai London Taxis International, que produce el TX4 en el gigante asiático con volante a la izquierda. De modo que este taxi arribaría a París y eventualmente a otras grandes ciudades francesas con la última versión del turbodiesel 2.2 VM, producido en Italia. Un motor ecológico que, adosado a transmisión manual o automática de cinco marchas, emite sólo 211 gramos de C02 por kilómetro, con un consumo de gasoil en el ámbito urbano de 8 l/100 km.
Así pues, ver a este taxi de la Geely rodar por las principales arterias europeas parece que será solo cuestión de tiempo. Ya verán.