Ahora cuando Fiat vive un importante momento en su historia, dominando los restos de Chrysler en Estados Unidos y aún luchando por el control de alguno de los escombros europeos de GMC, se acaba de subastar un auto que encierra otro singular momento en la vida de la marca italiana.
El elegante Fiat Torpedo que ilustra esta columna está vinculado a una negra historia que nada tiene que ver con lo bello de sus formas, cosa que no debería hacernos perder de vista que tan sólo se trata de un auto.
Decimos lo anterior porque este Fiat Torpedo de 1939 tiene la particularidad de haber sido propiedad de Benito Mussolini, Adolfo Hitler y un poco después, del mismísimo Francisco Franco. Es, tal vez, la única propiedad en común que alguna vez tuvieron los tres dictadores que asolaron la humanidad en la primera mitad del Siglo XX.
Por lo visto a los tres nefastos personajes no solo los unían sus tenebrosas ideas políticas, sino que además parecen haber coincidido sobremanera en más de una oportunidad por el gusto y por la estética de ciertas cosas, como en este caso un auto.
Claro que, a diferencia de sus deleznables acciones a lo largo de la historia, el buen criterio por los autos no puede ser discutido. A menos que el intercambio del vehículo de uno a otro tuviera su origen en el horror que les puede haber producido, precisamente, la belleza del legendario Fiat.
Lo cierto es que lo hermoso de sus líneas no tiene discusión y aunque muy acorde a los designios de la época el nombre Torpedo de este modelo se aviene perfectamente con la maquinaria de guerra que los tres pusieron en marcha contra la humanidad.