Además del olvidado primer nombre que se consideró para el actual euro, el ECU ahora mismo simboliza la discordia dentro del mundo de las motos entre la organización del Mundial y los fabricantes. O algunos. Tras las iniciales del Electronic Control Unit se encuentra un sistema cuya función, en resumen, es registrar todos los datos de la moto.
Dorna Sports cerró en 2012 un acuerdo por cuatro con la firma italiana Magneti Marelli para el desarrollo de este sistema que en 2017 será único y obligatorio para todas las monturas de MotoGP y que de momento permite algunas libertades de desarrollo en los fabricantes. Es decir, que pueden usar "el suyo propio".
Pero esa futura obligatoriedad alimenta un pulso entre Dorna y entre algunas firmas moteras, con los japoneses de Honda al frente. Desde Ducati, por ejemplo, se asume el futuro.
Es más, la firma nipona avisa de que la implementación de este sistema no solo no le interesa, sino que además le llevaría a cuestionarse su presencia en los circuitos. Desde los organizadores del mundial defienden el sistema porque permitirá reducir los costes y también facilitaría la entrada de nuevos fabricantes en el campeonato.
"La razón de que Honda compita en los grandes premios es por su necesidad de desarrollar tecnología. Los grandes premios son el mejor banco de pruebas. Si el objetivo de la organización es frenar ese desarrollo, entonces no tiene ningún sentido que un fabricante cmo nosotros siga en las carreras", avisa Shuhei Nakamoto, vicepresidente ejecutivo de Honda, en una entrevista con Motorsport.
Nakamoto no cambia su discurso y proclama para La Gazzetta dello Sport: "En caso de que MotoGP imponga un modelo de ECU obligatorio, Honda se marchará del Mundial con un 99% de seguridad". "La posición de Honda no es nueva. Hemos dicho lo mismo en otras ocasiones y no lo decíamos por decir, no era una broma".