Hoy muchos se asombran de la calidad que han alcanzado los productos de Hyundai. Sus automóviles compiten en igualdad de condiciones en los principales mercados del mundo y, en verdad, logran excelentes niveles de ventas. Es bueno saber que todo ello es fruto del trabajo de años y en fecha tan lejana como 1995 ya Hyundai lograba un prototipo portador de la máxima tecnología disponible en aquel entonces.
El Hyundai HCD-III Concept no era un vehículo atractivo, en algunos aspectos me recuerda aquellos modelos nefastos de AMC a principios de los setenta, pero estaba equipado de forma tal que se convertiría en una demostración de la capacidad naciente en Hyundai para producir vehículos competitivos. Su intención deportiva permitía, no obstante, contar con cuatro plazas en su habitáculo. Lo más importante era, sin dudas, su motor. Se trataba de un cuatro cilindros de 2,0 litros de desplazamiento con doble árbol de levas y cuatro válvulas por cilindros. Además, .jpg)
contaba con un turbo alimentador el cual incrementaba la potencia hasta unos impresionantes 240 CV.
Para complementar a esta planta de fuerza el Hyundai HCD-III Concept utilizaba tracción en las cuatro ruedas y una transmisión mecánica con una caja de cambios de 5 velocidades. El vehículo incorporaba una buena dosis de elementos de alta tecnología de esa época como era el sistema Navitac controlado por ordenador, el cual mostraba instantáneamente el destino en un mapa disponible en el panel de instrumentos con sólo presionar un botón. También disponía de reproductor estéreo de CD y la calefacción y el aire acondicionado podían ser ajustados automáticamente.