Infiniti Q45 1989-90: réquiem por Japón

Creado: Dom, 20/03/2011 - 10:56
Créditos
Jorge Esténger Wong
Infiniti Q45 1989-90: réquiem por Japón

Ya tenía escrita toda la comuna de esta semana, dando continuidad a los servicios de ómnibus famosos de la historia del automóvil, cuando la noticia estremecedora del terremoto en Japón nos impactó a todos. Decidí, entonces, aplazar la entrega del tercer –y último– artículo sobre los ómnibus más famosos de la historia y dedicar nuestro espacio de hoy a un modelo japonés, como tributo y apoyo a ese país que tanto ha aportado a la industria automotriz mundial.

Con el Infiniti Q45 Nissan presentó su nueva marca Infiniti, marcando una nueva etapa en su quehacer. Esto significó, definitivamente, la mayoría de edad del fabricante japonés, el cual dejaría de ser un simple productor de autos masivos y promedios, para singularizar su producción y acceder a nuevos niveles de calidad (y precios) del mercado. Así, en 1989 el Q45 llegó basado en el bastidor G50, de un diseño tan acertado que logró mantenerse en producción hasta 2002 en varios productos de Nissan, como el modelo President.

El nuevo Infiniti Q45 traía nuevos criterios al segmento de lujo del mercado, dominado entonces por los ”pesos completos“ alemanes: Mercedes y BMW, con el Cadillac Fleetwood al rebufo en Norteamérica. El modelo japonés los ponía a todos contra las cuerdas al ofrecer un elevado rendimiento, sin sacrificar los detalles propios del lujo de las grandes berlinas. Ninguno de sus competidores era capaz de poner sobre el pavimento una cifra cercana a sus 278 CV de potencia máxima con 396 Nm de par motor, a pesar de usar mayores motores. Ciertamente, el Infiniti portaba un V8 de 4.5 litros de desplazamiento con el cual lograba unos espectaculares 6.7 segundos hasta los 100 km/h, desde la inmovilidad. La imagen elegante y sobria del Q45 no desmerecía ante ninguno de sus rivales, con detalles como un sistema de audio Bose, asientos de reglaje eléctrico con memoria, cierre centralizado, control digital del clima y muchos otros elementos que eran el último grito de la tecnología en ese momento.

Hoy, que la suerte ha dado un manotazo a los fabricantes japoneses –al momento de redactar estas líneas estaba confirmado la destrucción de 2 300 vehículos de las marcas Infiniti y Nissan que se encontraban listos para ser embarcados– es bueno recordar todo lo que han aportado a la industria, y a nuestras vidas, con excelentes autos como el Infiniti Q45 de 1989.  Esperemos que hoy, más que nunca, Japón siga siendo el País del Sol Naciente.

Créditos
Jorge Esténger Wong