Finalmente el consorcio británico Jaguar Land Rover acaba de mudar también su producción a China, con la puesta en marcha de una planta en la ciudad de Changshu, fruto de la empresa mixta que creó en 2012 con la firma local Chery, en lo que constituye su primer centro de producción a gran escala fuera del Reino Unido.
Construida con una inversión de 10 900 millones de yuanes (unos 1 800 millones de dólares) a orillas del río Yangtsé y a unos 90 kilómetros de Shanghái, donde se encuentra el mayor puerto mercante del planeta, la fábrica tendría una capacidad de producción de 130 000 vehículos al
año.
Y de ese total ya se sabe que 34 000 unidades de todoterrenos ligeros del modelo Land Rover Evoque, 43 000 del Freelander 2, así como 30.000 sedanes Jaguar y 23 000 vehículos desarrollados por la joint-venture. De hecho, según su vicepresidente Zhu Gaohua, la firma mixta tiene previsto lanzar diez nuevos modelos durante los próximos cinco años, para lo cual se ha creado un centro de investigación y desarrollo independiente, que empezó a funcionar a la vez que la fábrica de montaje.
En cualquier caso, no es menos cierto que Jaguar Land Rover ha ido ampliando con éxito su línea de productos desde que fue adquirido en 2008 por el grupo indio Tata Motors, y ahora mismo está buscando laforma de expandir su presencia a nivel global, barajando varias opciones sobre la mesa, según informó el diario londinense Sunday Times.
De ahí que representantes de Tata Motors estarían en conversaciones para edificar también una factoría en Estados Unidos, que le permitiría a la compañía evitar los aranceles de importación y suavizar el impacto de las tasas de cambio fluctuantes, con una capacidad de producción estimada de 200 000 vehículos al año; mientras avanzan los preparativos para abrir otra fábrica en Río de Janeiro, Brasil, para el 2016.