Súbitamente, cuando muchos estaban a la expectativa de qué nuevo modelo podrían alumbrar las sinergias entre Fiat y Chrysler, el naciente grupo automotriz lanza al ruedo en Ginebra el Jeep Renegade, con el que la marca americana debuta en el nicho de los todoterrenos pequeños. Y su propuesta no pasa inadvertida.
A fin de cuentas, el Renegade rompe con el canon imperante en su segmento, toda vez que el espíritu todoterreno de Jeep impregna sus capacidades off-road en la misma medida que su imagen, con elementos
no vistos hasta ahora en los tradicionales SUV y crossover compactos. En ese sentido, dispone de tracción total permanente, derivada de la empleada en el Cherokee, con la capacidad de desconexión automática
del eje trasero para ahorrar combustible; así como un novedoso sistema de amortiguadores delanteros y traseros con válvula FSD para potenciar una maniobrabilidad y un agarre en carretera sumamente encomiables.
Aunque ofrece también mucho más. Destinado para más de 100 países, el Renegade oferta hasta 16 combinaciones de motores y cambios, compuestas por cuatro mecánicas de gasolina MultiAir, dos diesel MultiJet II y un propulsor desarrollado para el empleo de bi-fuel, en todos los casos asociados a la tecnología Stop&Start que permite reducir las emisiones y el consumo.
Mientras, la oferta de transmisiones contempla dos cambios manuales y la transmisión automática de doble embrague y nueve velocidades estrenada también en el Cherokee, y el equipamiento, tanto de
seguridad como de confort o conectividad, está a la altura de modelos de mayor tamaño.
No en balde, al decir de Roberto Verganti, profesor de gestión del Politécnico de Milán y autor del libro La innovación impulsada por el diseño (2009): "El Renegade y el 500X son ejemplos perfectos de algo
que Fiat y Chrysler no podrían haber hecho por sí solos. Están explotando la experiencia de Fiat en coches pequeños para lanzar a tiempo un modelo de Jeep en un segmento que está realmente en auge". Su éxito no se antoja, por tanto, menos que seguro.