A cuatro semanas para el arranque del Mundial de MotoGP, los pilotos matan el tiempo lo mejor que pueden y, a falta de entrenamientos hasta el 23 de marzo, Jorge Lorenzo se inventó ayer un divertido 'TT Off Road' en el que se dio un baño de multitudes con doscientos espartanos de su Fan Club. Lo hizo en el rancho de Kenny Roberts, en los aledaños de Montmeló, y deleitó a todos con sus derrapadas a lomos de una Yamaha TTR de 125cc con la que ganó la carrera de exhibición.
El tricampeón no lo tuvo fácil, porque le plantó cara Javi García Vico, campeonísimo español de motocross, todo un subcampeón del mundo y habitual compañero suyo de entrenamientos. Pero en el día de Lorenzo, ante su público y como no le gusta perder ni a las canicas, lo dio todo y cruzó primero la meta. Vico, en realidad, era el único que podía complicarle la vida, porque el resto de competidores eran aficionados, que se habían ganado un hueco en la final, y un grupo de periodistas entre los que se encontraba AS. "No te he visto mal", nos dijo el mallorquín, "sobre todo dando gas en las rectas", remató con sorna, a la vez que buen rollo, pero sin hacer sangre con el hecho de habernos doblado, mientras él peleaba por la victoria y AS por evitar la cuchara de madera, algo conseguido por sólo tres plazas
A Lorenzo le gusta cuidar el contacto con sus seguidores y ayer lo hizo: "Es bueno que me vean tal como soy y pasar una jornada cerca de ellos sirve para que me conozcan mejor, a la vez que a mí me da fuerzas para dar el máximo en la pista". Ellos son ambiciosos y le piden el título. Él promete que lo intentará.