KTM, la quinta sinfonía de MotoGP

Creado: Dom, 12/02/2017 - 20:18
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www.motoryracing.com
KTM, la quinta sinfonía de MotoGP

El mundo está plagado de sonidos preciosos. Algunos escogerían el cantar de los pájaros, el sonido de los grillos en el campo o la tranquila batida de las olas del mar. Aunque no todo lo agradable que entra por nuestros oídos lo produce la naturaleza. Los humanos también producen buenos sonidos. Escuchar tu canción favorita en la radio, la voz de la chica que te gusta o el sonido de las calles por la mañana. Sin embargo, con esto de los sonidos hay de todo. Unos prefieren los débiles y otros los graves, pero al fin y al cabo, ondas son.

Hay un grupo, colectivo o asociación de personas a los que les gusta un sonido muy particular. El arrancar de una moto, el despertar de un Fórmula 1 o el rugir de una MotoGP al salir de una curva. Además, todas suenan diferentes. Es por eso que ahora hablaré de cinco sinfonías, pero me centraré tan sólo en la última. La sinfonía de la Yamaha es más suave comparado con la de la Honda. La Ducati, a su vez, entona las notas más graves cual trombón. En cambio, la Suzuki, siempre hace lo posible para que su agudo sonido sobresalga por encima del de sus hermanas mayores. Vamos a hablar de la quinta sinfonía, la de la KTM.

La sinfonía número cinco


La historia cuenta que Wolfgang Amadeus Mozart se encontraba en La Haya en 1765, cuando se dispuso a componer su Sinfonía Número 5. Mozart cayó gravemente enfermo durante su estancia y probablemente enfermo, escribió dicha obra maestra. Hace cientos de años que la ciudad de Austria perdió la magia del gran compositor. Sin embargo, ahora sigue habiendo gente de origen austriaco, que sigue componiendo música para deleite de sus más apreciados seguidores.

La historia comienza en 1934, cuando un ingeniero austriaco llamado Hans Trunkenpolz abrió una metalúrgica en Mattighofen. Un par de años más tarde comenzó a vender las motocicletas DWK y los coches Opel. Su tienda era conocida como Kraftfahrzeug Trunkenpolz Mattighofen, pero el nombre no estaba registrado. Durante la Segunda Guerra Mundial su esposa se hizo cargo de la empresa que creció principalmente en reparaciones de motores.

Después de la guerra, la demanda de las obras de reparación se redujo bastante y Trunkenpolz comenzó a pensar en la producción de sus propias motocicletas. El prototipo de la primera motocicleta R100 fue producido en 1951. Todos los componentes de la motocicleta fueron fabricados en la casa, a excepción de los motores Rotax que fueron hechas por Fichtel y Sachs. El empresario Franco Prida se convirtió en principal accionista de la empresa, que luego pasó a llamarse Kronreif y Trunkenpolz Mattighofen. KTM comenzó la producción en serie de la R100 en 1954. Con sólo 20 empleados, las motocicletas fueron construidas a razón de tres por día.

La esencia del compositor se recuperó en una producción de motos que entonaban a la perfección el canto celestial de un motor. Austria contaba con una prestigiosa marca de motocicletas, que sólo ganaba fama con el paso del tiempo. Con su característico naranja en los carenados, KTM se lanzó a la competición y sigue proponiendo retos deportivos a sus mecánicos. Tras dominar el mundo del Motocross Racing, los austriacos se lanzaron a mandar en muchas más competiciones. Se convirtieron en los reyes del Supermotard y empezaron a apoyar las 'Road Racing' en diversas categorías.

Sus últimos grandes éxitos se produjeron en el Dakar. Competición que dominan con mano de hierro y que les ha llevado a conseguir las últimas 16 victorias, consiguiendo comer la tostada a las todopoderosas marcas japonesas (Honda y Yamaha). Conquistada la tierra, las motos naranjas quisieron pasar al asfalto y con ello, al Campeonato del Mundo de MotoGP.

KTM, ante el reto más difícil


Ganar a Honda y Yamaha siempre es una tarea sumamente compleja. Las marcas japonesas cuentan con un potencial económico impresionante y llevan muchísimo tiempo en el mundo de la competición. Es por eso que tiene tanto valor que estos austriacos sean capaces de haberles vencido en los deportes de tierra, pero que lo hayan hecho en los de velocidad es una hazaña mucho mayor.

KTM son sin duda los reyes de Moto3. La marca ha conseguido crear motos super competitivas y han conseguido derrotar casi todas las veces a Honda. Este es el factor que probablemente les haya llevado a tomar a cabo la decisión de saltar al Mundial de MotoGP. La competición por excelencia sobre dos ruedas. El mayor escaparate para una fábrica y un mercado muy amplio por explorar.

Cuesta pensar que a la marca de Hans Trunkenpolz le interese ser el colista de MotoGP y ver cómo sus máquinas se arrastran por los circuitos a años luz de sus competidores. Es por eso que ya están manos a la obra para que esto no suceda. El primer paso ya lo han hecho y este no es otro que fichar a dos pilotos rápidos y competitivos. Ahora solo queda el paso más difícil, tocar con las teclas que les permitan avanzar en la tabla de tiempos.

Un proyecto que ilusiona

El 13 de agosto de 2016 el equipo austriaco presentó la que sería su arma para 2017, la RC16, y desde entonces, la moto austriaca no ha hecho más que evolucionar. Pol Espargaró finalizó el primer día de test oficiales en Valencia a 2.385 del mejor tiempo y en Sepang, ambos pilotos, tanto Pol como Smith hicieron el mismo tiempo (2:01.338) a 1.970 de Maverick Viñales.

"La progresión que llevamos desde Valencia es tremenda. Ha ido mejor de lo que esperaba, sin duda. Desde Valencia el equipo ha hecho un gran trabajo, especialmente en la electrónica y hemos hecho una fantástica mejora. El tiempo en comparación a otros rivales no ha sido malo, estamos cerca y esto me ha sorprendido un poco", dijo encantado el pequeño de los Espargaró tras los test de Malasia.

Una progresión que ahora certifican los dos jefes de equipo de los pilotos oficiales. En el box de Bradley Smith, Tom Jojic: "No hemos buscado los tiempos por vuelta. Estamos al principio del proyecto y estamos intentando entender la moto y trabajar en una misma dirección con los pilotos. Tenemos muchas ideas y los tiempos son completamente irrelevantes ahora mismo. Tenemos que hacer que la moto funcione, entender los cambios y ya tendremos tiempo de preocuparnos por los tiempos". Y en el lado del español, Paul Trevethan: "Cada salida la hemos hecho con una moto diferente. Todo lo que se ha trabajado durante el invierno se ha confirmado como un trabajo positivo en la pista. Los tiempos nos han sorprendido hasta a nosotros mismos".

El piano austriaco quiere volver a sonar con fuerza. Los pilotos y los mecánicos ya se han puesto manos a la obra para afinar dicho instrumento. La quinta sinfonía quiere volver a sonar el Campeonato del Mundo de MotoGP. 

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