La Clase E de Mercedes descubre el sur de Santiago

Creado: Vie, 17/04/2015 - 18:13
Créditos
Texto y Fotos: Willy Hierro Caveda
La Clase E de Mercedes descubre el sur de Santiago

Santiago de Cuba está a punto de cumplir su 500 aniversario y en medio de los preparativos para celebrar tan importante fecha, el equipo de Excelencias del Motor se adentró por la carretera sur que enlaza la Ciudad Héroe con la provincia Granma para realizar una ruta que te embriaga de bellos paisajes con pintorescos poblados, exóticas playas y recuerdos de lo que fue la desigual batalla entre la armada naval española y la norteamericana a finales del siglo XIX. Para tal travesía utilizamos un Mercedes-Benz Clase E 200, disponible en la rentadora Rex del Grupo Transtur.

El auto

Este es un coche que aunque está inscrito como auto de lujo en Rex, en realidad se trata de un modelo de la gama medio alta de la firma alemana, más aun si tenemos en cuenta que la versión disponible y que probamos es básica, la menos equipada. Sin embargo, tengo que reconocer que tanto a primera vista como luego de la prueba cumplió con solvencia nuestras expectativas.

Las butacas delanteras son cómodas, regulables en inclinación y altura de manera eléctrica; por otra parte, el desplazamiento hacia atrás o adelante se hace de manera manual. Aunque sería mucho más conveniente contar con una regulación totalmente eléctrica, no es gravoso encontrar la distancia ideal, lo malo es cuando tras el volante conduce más de un chofer en un viaje, ahí se extraña la regulación totalmente eléctrica y con memoria. Las plazas traseras, diseñadas para tres pasajeros funcionan mejor para dos, el ocupante del asiento central no solo sufre por la columna que guarda la transmisión, sino que también molesta de cierta manera a los pasajeros que tiene a ambos lados. Esto lo digo pensando en viajes largos con absoluto confort.

En cuanto a la posición de manejo, nos parece excelente, con una visión panorámica y frontal que te hace pensar que manejas un auto más pequeño. No olvidemos que el Mercedes-Benz Clase E 200 le falta poco menos de 20 cm para estirarse hasta los 5.0 m (mide 4.879 m de largo, 1.854 m de ancho y 1.474 m de alto). A la posición de conducir se suma un volante multimando, acompañado de palanquillas y levas que hacen posible que no tengamos que soltar las manos para realizar la mayoría de las operaciones. Este es un punto que no solo garantiza mayor placer de conducción, sino que también acentúa la seguridad.

Destaca en el interior el panel de instrumentos: tres relojes redondos y analógicos donde sobresale al centro el velocímetro, quien a su vez alberga en su diana una pantalla digital a color –también circular– donde se muestran los datos procesados por la computadora a bordo. El reloj de la izquierda marca la temperatura de la máquina y el nivel del depósito de combustible, mientras que el derecho señala las rpm del motor. La consola central se compone de pantalla a color de 5.8 pulgadas multifuncional arriba y más abajo se encuentran los controles del equipo de sonido, el aire acondicionado bizonal y otras funciones, como por ejemplo de teléfono. No podemos pasar por alto el elegante reloj analógico colocado entre la pantalla y los controles, un detalle que te hace recordar que viajas en un Mercedes. En medio de las butacas delanteras no hay ninguna palanca de cambios y en su lugar está situado un compartimento de doble puerta para guardar objetos. El portaguantes es pequeño y al colocar la documentación del vehículo y algún que otro objeto diminuto se puede llenar. Por otra parte el baúl es amplio y de los más competitivos del mercado en su segmento con una capacidad de 540 L con las dos filas de asiento disponibles.

En el exterior resalta, con relación a la versión de 2009, el nuevo frontal donde cambian los faros, el capó y la defensa. Las nuevas ópticas delanteras agrupan en una sola estructura las luces diurnas, de cruce y carretera, todas tipo LED. En cuanto a la estrella, la nuestra está colocada encima del capó, pero de acuerdo al nivel de acabado se puede elegir también al centro de la parrilla –dándole un toque más deportivo–. Para nuestro gusto la preferimos arriba, como la estrella que nos guía seguros a nuestro destino. En la parte trasera, el cambio más significativo se centra en las luces con nuevo diseño y sistema tipo LED.

Mercedes-Benz en la Clase E tiene una gama amplia de motores y dos transmisiones (manual y automática). La versión probada cuenta con un motor L4 de 2.0 L de desplazamiento, sobrealimentado, que entrega 184 CV a 5 500 rpm. Está acoplado a una caja de cambios automática de siete velocidades 7G-Tronic Plus. Si el motor nos brinda excelentes sensaciones, podemos decir que el funcionamiento de la caja es mágico. Con una palanquilla situada tras el volante a la derecha se conecta hacia abajo la directa y arriba la reversa, al centro está el punto muerto y el parqueo si oprimimos el botón colocado al extremo del mando. Si de momento quiere pasar a una conducción deportiva, basta con presionar las levas tras el volante para que el E200 muestre todo su poder, capaz de superar 230 km/h con una aceleración de 0 a 100 km/h en poco más de 8.0 s. Son datos verificados por nuestro equipo de pruebas en un tramo de la Autopista Nacional preparado para ese fin.

Ahora bien, si viajamos en directa nuestro auto a pruebas se comporta como una alfombra voladora, con cambios imperceptibles y un consumo de combustible bajo para una auto de tal categoría y prestaciones. Ayuda al bajo consumo el sistema de conducción ECO start/stop, este puede desactivarse al presionar una tecla pero a nosotros nos pareció prudente y efectivo llevarlo siempre conectado. El resultado fue que rodamos más de 2 000 km con un consumo medio por debajo de 7.0 L/100 km. La velocidad promedio frisó 100 km/h y la autonomía superó 1 000 km con un depósito de combustible que almacena 59 L.

Mérito aparte merece la dirección, con respuestas rápidas y precisas en diferentes situaciones y condiciones del trayecto. Trabaja por mecanismo de cremallera, con ayuda eléctrica y asistencia en función de la velocidad. También es muy seguro el sistema de frenos con discos ventilados al frente y macizos en la zaga.

Nos hubiese gustado probar un Clase E con todo el equipamiento de asistencia a la conducción, así como también nos parece adecuado para un auto como este una llave fuera del salpicadero y arranque por botón. Si algo nos molestó sobremanera fue la dureza del accionamiento del claxon, colocado al centro del volante. Sin embargo, son puntos que no eclipsaron las buenas sensaciones que nos brindó el Mercedes-Benz Clase E200 disponible en la rentadora REX.

El viaje

Rumbo a Santiago de Cuba tomamos la Autopista Nacional y la Carretera Central hasta Holguín. Lo hacemos así y no por la carretera que enlaza Las Tunas con Bayamo, porque nos parece más limpia y en mejor estado la carretera de Mayarí, doblando por Caballería y tomando la Autopista de Santiago de Cuba que nace en Palma Soriano. Además, es conveniente pasar la noche en Holguín. Lo más interesante del trayecto fue el trabajo para lograr una conducción económica que proporcionara la mayor autonomía posible. Fue sorprendente el resultado porque llegamos a la provincia holguinera sin repostar desde La Habana, de donde salimos con el depósito al que le faltaba un octavo de tanque para estar lleno.

Al siguiente día partimos por la mañana hacia Santiago de Cuba y desde allí comenzamos nuestra ruta por la carretera Granma que une la capital oriental con el poblado de Pilón. Esta carretera recorre el suroeste oriental bordeando la costa de un lado y la Sierra Maestra del otro y nos ofrece paisajes extraordinariamente bellos. La obra, que mide 202 km de largo, fue terminada en 1990. La conforman 81 puentes y dos túneles. Sin embargo, no pudimos completar todo el trayecto porque la carretera literalmente se partió en el puente sobre el río Peladeros, considerado el más largo de Cuba con 860 m de largo. Se encuentra a muy pocos kilómetros del poblado del Uvero, desde allí hasta Pilón la carretera está en reparación.

Además de las empinadas montañas, las playas vírgenes y los cayuelos pegaditos a la costa, el recorrido tiene un plus, ver el pecio que yace en la playa Juan González, aproximadamente a 20 km de Santiago de Cuba. Se trata del crucero acorazado Almirante Oquendo, uno de los navíos del Almirante Cervera, destruido durante la batalla naval de Santiago de Cuba, el 3 de julio de 1898. Hoy, todavía se ven desde la playa dos de sus cañones que emergen del mar para desafiar memoria y olvido.

Excelencias del Motor realizó este viaje de prueba, en medio de la campaña que realiza el Grupo Excelencias para conmemorar el 500 aniversario de la fundación de la Villa Santiago de Cuba, con la colaboración de Excelencias Travel, Transtur y su rentadora REX.

Créditos
Texto y Fotos: Willy Hierro Caveda