La épica historia del Borgward mexicano

Creado: Jue, 21/08/2014 - 11:16
Créditos
Jorge Esténger Wong
La épica historia del Borgward mexicano

Cuando México acaba de establecer un record histórico en su producción de automóviles, conviene recordar uno de los momentos importantes de su historia: el establecimiento de la fábrica Borgward en ese país.  El hecho constituyó todo un hito por su complejidad, máxime para su época, y por marcar el  nacimiento de la industria manufacturera de automóviles en México, pues las fábricas existentes hasta ese momento no eran más que líneas de armado para componentes importados. Veamos los detalles.

Carl Borgward se vincula al automóvil por un contrato que logra para producir radiadores y guardafangos para Bremer Hansa Lloyd Werken.  Siendo ingeniero y deslumbrado por el floreciente mundo del automóvil encausa su empresa por ese rumbo hasta que, en 1924, produce integro su primer modelo: Blitzkarren.  Desde entonces, la historia recoge una serie de interesantes modelos con su nombre como marca, justo hasta 1961, cuando la empresa se declara en bancarrota.

Esta situación permitió a ocho empresarios mexicanos que adquirieran los casi 44,000 kilos de planos, 34,000 dibujos de ingeniería y casi 7 1/2 millones de kilos de maquinaria, herramientas, guías y muebles. Todo esto, más las patentes en 72 países, les costó la suma de 12 millones de dólares, de la época y dio comienzo a una de las operaciones de traslado más compleja de esta industria, pues todo eso fue llevado a México, donde finalmente se instaló. Fue una operación épica, en todo lo que significa. Los obstáculos fueron muchos, incluyendo legislaciones del Gobierno, el cual prohibió la importación de motores y componentes mecánicos armados para automóviles o camiones,  exigía a los fabricantes usar piezas de fabricación mexicana en un mínimo de un 60 por y no previó promulgar leyes relacionadas con la exportación de los vehículos.  Por todo ello, el grupo, conocido ya como Impulsora Mexicana Automotriz, mantuvo sus actividades en gran secreto como medida de protección contra los críticos y los competidores.  Mientras tanto, toda la maquinaria en la fábrica de Bremen había sido inspeccionada -y reacondicionada- por representantes técnicos de la vieja compañía Borgward.  Se escogió la ciudad de Monterrey, la segunda ciudad más grande de México, y un gran centro industrial al que llegan dos carreteras y un ferrocarril, dotada de gas natural, fuerza eléctrica de alto voltaje, diversas instalaciones fabriles y de ingeniería.

A fines del año de 1967, el primer Borgward fabricado en México salió de la línea de montaje, seguido de 75 al mes siguiente, otros 100 al mes próximo, hasta llegar la producción a 180 vehículos por mes, en mayo de 1968. Los jefes de la compañía calculaban entonces que la producción llegaría a 1500 vehículos al mes, un cálculo halagüeño que se estrellaría con la capacidad de compra del mercado mexicano y la imposibilidad de exportaciones.  Así, el año 1970 finalizó la producción Borgward en México.   El modelo más representativo en México fue el 230, con un motor de seis cilindros en línea y 2,23 l de desplazamiento, con una potencia de 110 CV a 5200 rpm. La distancia entre ejes era de 2,65 m, y el largo total de 4,71.

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Jorge Esténger Wong