La inauguración del tranvía santiaguero

Creado: Dom, 22/02/2015 - 23:01
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Willy Hierro Allen
La inauguración del tranvía santiaguero

Hace apenas unos días, se conmemoraron 107 años de la inauguración del tranvía santiaguero, uno de los medios de transporte más queridos por los vecinos y visitantes de la capital de la región oriental del país. Fue el 8 de febrero de 1908. Pero ¿qué ocurrió aquel sábado en Santiago de Cuba? ¿Cómo fue la puesta en marcha de los carros eléctricos para el servicio de transporte público?

¡Día de fiesta! Las autoridades locales engalanadas, los invitados a tono con el acontecimiento, todos los periodistas (algunos venidos desde La Habana) ”pluma en ristre“ y el pueblo alegre y expectante para ver pasar los nuevos carros eléctricos que circularían por las recién tendidas vías férreas. En los talleres de Punta Blanca se celebró el acto a las 9 de la mañana de ese sábado 8 de febrero de 1908,
Escribe el periodista santiaguero Carlos Forment, cronista de la época, uno de los que reseña la actividad: ”todo lo que vale y brilla en la ciudad estaba allí, con un grupo selecto de damas“. La jornada comienza con las notas del Himno Nacional y, seguidamente, la bendición del edificio que servía de sede de la planta eléctrica y de las máquinas generadoras de electricidad, en liturgia oficiada por monseñor Barnada, arzobispo de la ciudad.

Luego el discurso político, el cual fue pronunciado por el alcalde interino Juan de Dios Bolívar, quien tras breve alocución, con gran parsimonia se dispuso a abrir la llave que conduce el vapor de las calderas a los motores ”que comenzaron a funcionar marcando los relojes 500 volts 550 amperes“.

Y continúa Forment alborozado: ”Desde ese momento se extendió el fluido de la civilización por todos los alambres de la ciudad.“

Otras personalidades hicieron uso de la palabra e inmediatamente, se dio salida al primer tranvía, lleno de músicos de la Banda Municipal, la que se mantuvo ”desgranando melodías“ a lo largo de todo el trayecto. Le fueron  siguiendo por la misma línea, a ”dos minutos de distancia cada uno“, toda una caravana de tranvías (hay quien cuenta diez, otros dicen catorce) donde viajaban directivos de la empresa, políticos, prelados, autoridades locales, periodistas e invitados.

”Los festejos duraron hasta después las 11 de la noche“ (dice la periodista Josefina Ortega en su artículo El viejo Santiago en tranvía, que se publicó en La Jiribilla -664- febrero de 2014). El jolgorio terminaría con la retreta ofrecida por la Banda Militar del Ejército norteamericano, así como con un gran baile en los salones de la Colonia Española.

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