La interesante historia del Hino Contessa

Creado: Dom, 19/02/2012 - 18:34
Créditos
Jorge Esténger Wong
La interesante historia del Hino Contessa

Hoy día es común reconocer en la japonesa Hino Motors a una de las más importantes marcas de equipos pesados de la industria del automóvil. Sus camiones y ómnibus se han ganado una reputación en todo el mundo por su solidez, fiabilidad y buenas prestaciones. Resulta, no obstante, sugestivo conocer que alguna vez la compañía nipona produjo automóviles ligeros, y uno de sus modelos, constituye hoy una rareza, incluso en Japón: el Hino Contessa.

El Contessa fue un modelo de los años sesenta, cuando las marcas japonesas luchaban con fiereza por hacerse un espacio en el mercado mundial. Por ello, pudo existir la idea de que el Contessa era casi una copia rutinaria del Triumph 1300 o, peor aún, una mezcla inaudita de ese modelo con el Renault 4 CV. Resulta que, en realidad, Hino Motors envío las especificaciones de su modelo en agosto de 1961 al diseñador italiano Michelotti, para la concepción de la carrocería. Triumph lo hizo un año después, por lo que el maestro italiano fue responsable, por igual, del diseño del vehículo británico. Lo que sucediere allí, tal vez nunca podamos saberlo, pero ambas compañías regentearon proyectos independientes.

Así, el Hino Contessa, resultó un auto de motor trasero, aprovechando la experiencia de Hino en la producción de una versión del Renault 4 CV, con una suspensión trasera reforzada para asegurar el peso que existía en la mitad trasera del coche y, además, garantizar un buen agarre. Este fue un auto ágil con un motor que evolucionó desde los 0.9 litros de cilindrada hasta los 1300 cc, en su versión final y más deportiva.  Su desarrollo comenzó en fecha tan temprana como 1956, y en su primera etapa –entre 1961 y 1964 se produjeron 47 000 unidades. Fue un proyecto íntegramente japonés.

El motor era un cuatro cilindros en línea de 0.893 litros y una potencia máxima de 49 CV a 5 000 rpm, muy a tono con los autos compactos de entonces. El largo total del Contessa no rebasaba los cuatro metros (3.87 m) y sus cuatro puertas daban acceso a cuatro pasajeros, aunque el auto admitía hasta cinco. La tracción, trasera, y la transmisión mecánica era liderada por una caja de cambios de tres velocidades, que luego dio paso a una de cuatro cambios. La producción de este modelo apenas duro unos 30 meses en Japón y luego fue trasladada a Nueva Zelanda, donde continuó hasta su extinción. Hoy, apenas quedan unos 150 ejemplares de este curioso automóvil, con un estilo tan marcado y una historia que no deja de resultar interesante.

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Jorge Esténger Wong