Las cinco veces que el Motor quiso ser disciplina olímpica

Creado: Mar, 22/11/2016 - 16:03
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Las cinco veces que el Motor quiso ser disciplina olímpica

En los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro deportistas de más de doscientos países del mundo se batieron en 42 disciplinas de los 28 deportes olímpicos. Los ganadores de las 306 pruebas disputadas -tanto masculinas como femeninas- recibieron el premio a toda una carrera de esfuerzo y dedicación.

Los Juegos Olímpicos son el evento deportivo por excelencia seguido por millones de personas a lo largo y ancho del mundo. Los deportes de motor siguen sin formar parte, a día de hoy, de esta fiesta a pesar de que la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) está reconocida por el Comité Olímpico Internacional (COI) desde el verano de 2012.

¿Te imaginas que cada cuatro años la Fórmula 1 hiciese una de sus paradas en los Juegos Olímpicos? ¿O un campeonato monomarca en Tokio 2020? Sería algo curioso, sin duda alguna. ¿Es factible? A lo largo de la historia ha habido algunos intentos, pero nunca pasaron de ser catalogados como deportes de demostración.

De hecho, en 1900, coincidiendo con la Exposición Internacional y con los Juegos Olímpicos, el motor formó parte de uno de los espectáculos que tuvieron lugar allí aquel año. Hasta los vuelos en globo tuvieron su espacio. No formaron parte de los deportes olímpicos en sí, sino que simplemente fue un evento más de aquel gran espectáculo.

Los rally también tuvieron su momento de gloria en 1936 y 1972. Ambas ocasiones en Alemania y siempre como eventos independientes. El último, duró seis días y tuvo su línea de meta en el Olímpico de Munich. Y, como curiosidad, el copiloto del coche ganador, era nada más y nada menos que Jean Todt, el mismo hombre que ya convertido en presidente de la FIA, consiguió que el COI les reconociese como deporte olímpico.

Reconocimiento olímpico


La presencia de Jacques Rogge -presidente del COI- en el paddock del Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1, dejaba ver allá por 2012 que la relación entre la FIA y el Comite Olímpico estaba en su mejor momento.

En 2007, se había eliminado la cláusula que impedía que los deportes con propulsión mecánica formasen parte de los Juegos Olímpicos. Cinco años después, y tras firmar la Carta Olímpica -con una exigente normativa antidopaje- la Federación Internacional pasaba a formar parte del Comité Olímpico Internacional.

Este honor venía con fecha de caducidad si no se cumplían ciertas exigencias entre las que destacaba la creación de una comisión de pilotos. De hecho, en los últimos años, los pilotos han adquirido un papel esencial en la toma de decisiones de las principales categorías FIA.

Barcelona 1992


La Fórmula 1 también tocó de cerca a los Juegos Olímpicos en Barcelona 1992. El recién construido Circuito de Montmeló, que desde hacía un año acogía el Gran Premio de España, fue sede de las pruebas contrarreloj de ciclismo.

De hecho, dicen algunos, que Cataluña se llevó el Gran Premio de Jerez con la promesa de hacerlo olímpico. Según declaraciones de Jean Marie Balestre -presidente de la FISA (antecesor de la FIA)- se llegó a conseguir el permiso de Juan Antonio Samaranch -presidente del COI en la época-, del Ministro de Deportes español y del Automovil Club para llegar a cabo un Gran Premio Olímpico.

El proyecto nunca llegó a llevarse a cabo, pero la Fórmula 1 se quedó en Barcelona y allí sigue veinticinco años después.

¿Y cómo hacerlo?


Para Tokio 2020, el COI abrió la pasada primavera un buzón para que los deportes reconocidos por el comité, pero que no forman aún parte de los Juegos Olímpicos, pudiesen presentar candidatura. Fueron muchos los que lo hicieron, pero la FIA no fue uno de ellos. 

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