La compañía Packard comenzó a producir automóviles en noviembre de 1899, harían justo 110 años, sobre las cenizas de Winton. Muy rápido los claros criterios de calidad de James Ward Packard le reportaron una solida reputación como automóviles de lujo de excelente calidad y manofactura.
En general la vida de la compañía fue exitosa hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando mientras el resto de las compañías automotores producían material bélico para la campaña, a Packard se le asignó el papel de ”embajador tecnológico“ y realizar la venta de carrocerías y troqueles, en buena medida anticuados, a la Unión Soviética (país aliado de EE UU en ese momento contra Alemania y el bloque fascista).
Esto dejó a Packard sin una capacidad de respuesta inmediata al término de la contienda y mientras el resto de la industria lograba presentar sus nuevos modelos post guerra entre 1949 y 1950, Packard solo lo haría para 1951. Aún así, las ventas mejoraron y la compañía llegó a un año crucial en su historia: 1954. En este año compra la moribunda Studebaker, la cual ”arrastró“ literalmente a Packard a su desaparición como marca en 1958. No obstante en ese propio 1954 y a tenor con la euforia del resto de la industria con los show-car al estilo del Motorama de GMC, Packard presenta su Auto de Ensueño Panther Daytona.
Al estilo más radical de la época Packard le puso fibra de vidrio a la carrocería buscando un auto innovador capaz de cambiar su suerte. Desafortunadamente bajó su capó estaba un ocho de 5,88 litros de desplazamiento y 282 CV, el cual sería rebasado lapidariamente por los nuevos V8 de GMC a finales de ese mismo año, unido a una transmisión automática Ultramatic de dos marchas. A pesar del innovador uso de la fibra de vidrio, algunas partes de la carrocería llegaban a tener hasta una pulgada de espesor, para garantizar la rigidez estructural necesaria. Finalmente se fabricaron cuatro de estos prototipos diseñados por Dick Teague, de los cuales solo uno ha llegado hasta nuestros días. Quienes reseñaron algo sobre ellos en su momento elogiaban su manejo y docilidad, y sobre todo la belleza, elegancia y sobriedad de sus líneas que aún hoy nos cautivan. Lástima que su historia quedara allí, sirva esta reseña de homenaje a una marca pionera del automóvil en su 110 aniversario.