Los buques hundidos del almirante Cervera (VI)

Creado: Dom, 11/01/2015 - 17:28
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Willy Hierro Allen
Los buques hundidos del almirante Cervera (VI)

Probablemente el buque menos mentado de la flota del almirante Cervera en la batalla naval de Santiago de Cuba, sea el crucero protegido Reina Mercedes; sin embargo, tuvo un destacado rol en el curso del bloqueo a la armada española en la bahía santiaguera, fue cañoneado por el enemigo y hundido por su propia tripulación, luego reflotado por la marina americana, para finalmente ser llevado a Estados Unidos como botín de guerra y usado por la US Navy durante casi 60 años. Resultó el único buque español de la flota del almirante Cervera que se salvó. 

El Reina Mercedes era un crucero protegido (menos blindaje que el crucero acorazado), construido en 1887 por el Astillero Naval de Cartagena (España), de 3 900 toneladas de desplazamiento, con una máquina alternativa de 4 100 CV de potencia y 1 725 metros cuadrados de velas, lo cual le permitía alcanzar 15 nudos, su tripulación: 380 marineros. En 1893 fue destinado de estación a Santiago de Cuba y 1895, designado buque insignia de las fuerzas navales españolas en Cuba. En el curso de la contienda Hispano-Cubano- Americana (1898) formaba parte de la flota de Cervera.

Al arribar la flota del almirante Cervera a Santiago de Cuba, el crucero protegido Reina Mercedes estaba fondeado en la bahía. Por el mal estado de sus calderas (debido a falta de mantenimiento) no podía navegar y fue destinado como defensa fija a la entrada del puerto. Cuatro de sus seis cañones de 160 mm, fueron desembarcados para artillar la batería alta de la Socapa, que tenía viejas piezas con más de 300 años de antigüedad. El plan americano al bloquear la flota española en la bahía, era encerrarla para capturarla a la rendición de Santiago, como botín de guerra.

Pero ese plan falló. La noche del 2 al 3 de junio de 1898, la marina americana trató de obstruir la entrada de la bahía. Enviaron, con el fin de hundirlo en el canal de acceso, al viejo barco carbonero Merrimack al mando del teniente de ingenieros Hobson con seis voluntarios. Al descubrir la maniobra americana, los españoles le abrieron fuego desde el crucero Reina Mercedes y la batería terrestre de Punta Gorda, el destructor Plutón le disparó dos torpedos, hundiéndolo antes de llegar al canal, sin conseguir cerrarlo. Tanto el teniente Hobson como sus hombres fueron rescatados y hechos prisioneros. Cervera ordenó que se trataran con humanidad.

El almirante Sampson, jefe de la flota americana, dio la orden de bombardear desde sus buques, a la armada española bloqueada en Santiago de Cuba el 6 de junio. Algunos de los barcos sitiados fueron alcanzados, entre ellos el crucero protegido Reina Mercedes, que recibió 35 impactos directos. Maltrecho, quedó fondeado en la bahía el 3 de julio de 1898, cuando la flota de Cervera salió al combate y fue destruida. Los marinos de Reina Mercedes decidieron hundirlo al día siguiente (4 de julio) para que no fuera capturado por el enemigo.

Al rendirse los españoles que defendían la ciudad de Santiago de Cuba, el 17 de julio de 1898 fue ocupado el Reina Mercedes por los americanos. Entre el 2 de enero y el 1ro de marzo de 1899, la marina americana reflotó el crucero protegido español, luego lo llevó al astillero naval de Norfolk (Virginia) y después al Portsmouth, en Kittery (Maine), a donde llegó el 25 de agosto de 1900. Fue transformado en pontón, sin propulsión, y en 1905 destinado a Newport (Rhode Island). En 1912 volvió a Norfolk para convertirse en buque alojamiento estacionario para cadetes y enviado a Annapolis, con la designación IX-25 de la US Navy.

Paradójicamente este buque alojamiento volvió a enarbolar la bandera española en 1920, como gesto de amistad entre Estados Unidos y España. Fue en el curso de la visita a Annapolis del acorazado español Alfonso XIII. En 1957, el IX-25 requería reparación para continuar siendo útil, mas la US Navy estimó que el costo era muy alto y decidió venderlo como chatarra para su desguace. El encargado de la tarea fue la empresa Boston Metals Company, de Baltimore (EE.UU.).

Y así terminó sus días el que fuera crucero protegido Reina Mercedes (tal vez todavía recordado por algún que otro bisabuelo de Santiago de Cuba o España), tras 70 años de vida útil, en los cuales fue navío de guerra, pontón, buque de alojamiento y sirvió bajo dos pabellones: el español y el americano.

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