Los tranvías de Santiago de Cuba

Creado: Jue, 31/07/2014 - 14:45
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Willy Hierro Allen
Los tranvías de Santiago de Cuba

El servicio de tranvías eléctricos en Santiago de Cuba se inauguró el sábado 8 de febrero de 1908, casi siete años después de que el primer tranvía circulara por la capital de Cuba, La Habana. De acuerdo a la periodista María Elena López en su artículo ”El Tranvía, trofeo del pasado“, los primeros tranvías que rodaron en Santiago fueron fabricados en Filadelfia, Estados Unidos.

Las obras necesarias para la puesta en marcha de este servicio de transporte público, fueron llevadas a cabo por la Compañía Eléctrica Santiago (CES) y la de Tracción de Santiago de Cuba. La mayoría de los tranvías que recorrieron Santiago, eran modelos pequeños de cuatro ruedas, lo cual les facilitaba el desplazamiento y los giros a través de las estrechas calles de la ciudad.

Los tranvías santiagueros se diferenciaron de sus pares habaneros por la presencia de dos conductores, ”uno para recoger las fichas pre-pagadas y el otro para cobrar al contado y entregar los tickets“, explica David González Groos en su trabajo ”Historia de los tranvías en Santiago de Cuba“.  Los tranvías santiagueros cubrieron diferentes itinerarios en la topografía de la ciudad, a continuación algunos de ellos.

Vista Alegre-Alameda, Cobre-Vista Alegre, Cubitas-Cristina, Trocha-Cristina y Martí-Trocha, Vista Alegre-Cementerio Santa Ifigenia y Plaza de Marte- Avenida Michelson (hoy Alameda). El 1 de enero de 1913, la Compañía de Tranvías Eléctricos puso en circulación tres nuevos carros construidos en su totalidad en Santiago de Cuba; para esa fecha ya operaban en la ciudad 30 tranvías.

Dice el periodista Carlos Forment Rovira en sus ”Crónicas de Santiago de Cuba“, que los nuevos tranvías ”resultaron magníficos, superiores a los que trajeron de fuera“. En 1926, los tranvías de Santiago pasaron a ser administrados por la ”Havana Electric Railway“, que operó el negocio hasta su disolución en la década del 50 del siglo pasado.

Por esa época surgieron las empresas de ómnibus urbanos La Cubana y La Oriental, cuyas rutas marchaban paralelas a la de los tranvías. Esta competencia fue acabando con el carro eléctrico y paulatinamente los tranvías fueron desapareciendo de la cuidad. El 26 de enero de 1952, el tranvía santiaguero rindió su último viaje.   

 

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