Magic Car y sus amigos

Creado: Jue, 19/01/2017 - 19:35
Créditos
Willy Hierro Allen/ Fotos Serguei Montalvo
Magic Car y sus amigos

A la orilla de la ciudad de La Habana, en El Paraíso (un lugar en verdad paradisiaco), se reúnen el club Magic Car y agrupaciones amigas para una fraternal tertulia sobre el automovilismo, el motociclismo y la música, actividades que planean repetir y organizar de manera regular.  

Tomando por la calle 100 para salir del área metropolitana de la ciudad, un poco antes de la línea del ferrocarril, está una quinta campestre donde hay  expendio de alimentos y bebidas, ese es El Paraíso. Así explicaron para ir a una de las actividades del club Magic Car, a la cual se invitó a Excelencias del Motor.

Tras cruzar el portón se atraviesa un puente estilo medieval y subir a una especie de promontorio se llega a El Paraíso y allí, entre autos y motos, se encontraban personas integrantes de colectivos amantes del automovilismo, el motociclismo y la música. Según nos explicó Juan Carlos, presidente del club Magic Car, estaban invitados además amigos de otros clubes como los de Triple A Car Audio, Moto 100, Autos Rusos, Fiat Cuba, A Todo Pistón, y Locos al Volante.

Este último nombre nos hizo recordar que allá por los años 60 del siglo XX, el entonces club de motos más famoso de La Habana se llamaba Los Orates. Tenían motocicletas grandes (mayores de 500 cc) con los tubos de escape tipos caña y megáfono que hacían gran ruido, lo cual anunciaba su llegada a cualquier parte. Usaban abrigos negros, cerrados, con un cartel que los identificaba en la espalda.

Créalo o no estaban perfectamente organizados, viajaban en caravana y, se cuenta, respetaban las leyes del tránsito, tanto en ciudad como en carretera. Su presidente era ”el Gordo Fernando“ (moto Velocette 500 cc), quien más tarde fue Comisionado Nacional de Motociclismo y Los Orates resultaron excelentes jueces internacionales de las carreras de motos. ¿Harán honor estos Locos al Volante a Los Orates de antaño?

En las actividades de Magic Car y sus amigos, dijo Juan Carlos, se hacen  competencias de autos y motos por su belleza, su mecánica u otro aspecto. Cada uno de los clubes selecciona su mejor vehículo, el cual es elegido por consenso y luego se muestra como especie de ”joya“ del club. Hay además música, coreografía de modelos, concursos de conocimientos de Seguridad Vial, giros de 360 grados, así como rifas y otros entretenimientos.
 

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Willy Hierro Allen/ Fotos Serguei Montalvo