Diez años después Mercedes-Benz volverá a ser la firma automovilística Premium más grande del mundo, al ganarle a BMW el pulso por la cima en el ranking anual de ventas de coches de alta gama.
”Lo lograremos este año, cuatro años antes de tiempo“, subrayaba el consejero delegado de la marca, Dieter Zetsche, en una conferencia celebrada recientemente en Frankfurt, donde resaltó su bonanza comercial en 2016.
Hasta el mes de noviembre, Mercedes había mejorado sus ventas un 13 %, con 1.89 millones de unidades entregadas en todo el mundo, más del doble del ritmo de crecimiento alcanzado por sus competidores BMW y Audi.
Con una ventaja de más de 69 100 nuevas matriculaciones para el último mes, solo una sorpresa mayúscula impediría que Mercedes se ”cuelgue la medalla“ del mayor fabricante de lujo a nivel mundial, con más de dos millones de unidades vendidos a lo largo del año.
La marca de la estrella perdió ese liderazgo a manos de BMW en 2005, y posteriormente cayó al tercer escalón, al ser superado también por Audi, la firma de lujo del grupo Volkswagen.
El auge de los vehículos utilitarios deportivos (SUV, por sus siglas en inglés), entre los que se incluye el GLC, sin embargo, ha sido la clave para que Mercedes retorne con bríos renovados a la cima, junto a la gran acogida que están teniendo los modelos de la Clase A (como el Mercedes GLA).
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Por tal motivo, para los especialistas Mercedes mantendría su fuerte nivel de entregas en 2017, con el lanzamiento de la nueva versión del sedán Clase E en marzo próximo, pues el GLC "se vende como pan caliente" y el Clase C se mantiene sólido frente al Serie 3 de BMW, según la empresa consultora IHS Automotive.
Esta última empresa predice incluso que la ventaja de Mercedes sobre BMW rebasará las 110 000 unidades vendidas el próximo año y casi 68 000 en 2018.