Tras exhibir hace dos años, junto a la firma Delphi, sus primeros resultados palpables en el desarrollo de un coche autónomo, Audi acaba de sumar otro aliado para esa empresa, al anunciar un acuerdo de colaboración con la compañía Nvidia.
Y es que la multinacional especializada en el desarrollo de unidades de procesamiento gráfico y tecnologías de circuitos integrados para estaciones de trabajo, ordenadores y dispositivos móviles aplicará una tecnología de conducción basada en inteligencia artificial (IA) que sería el cerebro del modelo autónomo que la marca alemana prevé lanzar para el 2020.
El coche en el que ambas compañías trabajan está inspirado en el Audi Q7 con Inteligencia Artificial, presentado hace unos días en el Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas.
De ese modo, el vehículo contaría con la plataforma Xavier de Nvidia, que enseña a los vehículos a maniobrar por sí mismos —según Nvidia este prototipo aprendió a manejarse en tan sólo cuatro días—, además de un sistema copiloto basado en IA que acompañará al conductor cuando este tome el volante y es capaz de reconocer gestos o movimientos mediante un seguimiento ocular para reaccionar si este pierde el control del vehículo por adormecimiento.
En realidad, la asociación entre Audi y Nvidia no es nueva, pues hace una década que comparten otros proyectos comunes. Pero es ahora que ambas comienzan a trabajar juntas en la conducción autónoma.
Aunque otras automotrices como Mercedes, BMW, Renault, Ford o Volvo, e incluso los gigantes de las telecomunicaciones como Google y Microsoft, trabajan para crear el primer auto comercial autopilotado, la marca de los anillos parece llevarles una ligera ventaja desde que en abril de 2015 un Audi SQ5 de prueba que se manejaba solo, usando un sistema de conducción autónoma creado en conjunto con Delphi, logró recorrer 5 400 kilómetros en nueve días, sin que los ingenieros dentro del auto tocaran el volante salvo en un par de ocasiones.
En cualquier caso, si algo permite decir este nuevo avance con la ayuda de Nvidia es que la futura llegada al mercado del primer Audi autónomo se avizora cada vez más nítida y en alta resolución.