Los prototipos tienen hoy un papel cada vez más importante en la industria automotriz y son utilizados por las marcas, no solo por razones técnicas, sino también por fines comerciales, pues resultan una excelente de promocionar las tendencias futuras de estilo y performances de las marcas. Seis décadas atrás General Motors comenzó esta práctica con Futurama, un proyecto que por varios años lanzó varios éxitos al mercado. Veamos algunos de ellos.
Cadillac Ciclone
Por supuesto Cadillac siempre ha sido la marca mimada de GMC y en aquellos años, aún más. Por ello, varias de las propuestas estuvieron relacionadas con esta marca, al final una de las que aún sobrevive en la debacle de la industria automotriz yanqui. Una de las características de aquel entonces era el poco realismo de los diseños, casi siempre con tendencias muy soñadoras y rocambolescas, empeñadas en un look casi de ciencia ficción. Sin embargo, el Cyclone incluía un precursor de los sistemas de aviso y detección que hoy tanto existen en las carreteras y vehículos, pues venía preparado con un radar que analizaba constantemente la carretera y detectaba cualquier objeto en la calzada, indicándoselo al conductor a través de una alarma luminosa y auditiva.
Como propuesta mecánica el prototipo de Cadillac no era muy creativo, pues incorporaba un motor V8 –por supuesto- de hasta 325 HP, ubicado al frente del auto. No obstante, sí eran novedosos los sistemas de alimentación y refrigeración, que incluían un carburador de nueva tecnología, radiador de aluminio y ventiladores paralelos. Otra singularidad era el panel de mandos, de diseño aeronáutico, situado entre ambos pasajeros, algo que hoy se ha extendido con la llegada de pantallas y otros elementos de comunicación. Además, las puertas se abrían desde el interior, con tan solo pulsar un botón, se desplazaban tres pulgadas y seguidamente se podían empujar hacia atrás para permitir una salida más cómoda. Un sistema de intercomunicación, permitía al piloto y copiloto comunicarse con las personas del exterior del habitáculo.
GMC L'Universelle Truck de 1955
Las camionetas, desde entonces, ya se vislumbraban como un sector importante del mercado. Este prototipo se presentó en 1955 bajo el nombre de GMC L´Universelle. Su estilo futurista influyó en los diseños que se llevaron a cabo durante los años 60, y la propuesta que presentaba de poder llevar más pasajeros se utilizó, más tarde, con un modelo de furgoneta Chevrolet que se construyó sobre un chasis Corvair, un compacto de la marca que ya hemos reseñado en Excelencias.
Su mecánica no resultaba nada novedosa y su principal mérito radica en la previsión de aumentar su capacidad de pasajeros, concepto que definió, más tarde, las Extended Cab, tan populares y útiles hoy.
Golden Rocket Dream Car de 1956
El más carismático de nuestros protagonistas de hoy es, sin dudas, este prototipo cuyo nombre lo define magistralmente. Este vehículo -creado por la desaparecida Oldsmobile y presentado en 1956- tenía un revolucionario sistema en el habitáculo gracias al cual el panel del techo se levantaba y el asiento se elevaba y giraba al abrir la puerta, además de un sistema en el volante que permitía que la columna de dirección se inclinara hacia abajo, permitiendo al conductor un acceso más fácil al interior del vehículo. Ese principio es el que se incorporó a los automóviles, años más tarde, y que todavía permite acomodar la columna y todo el volante a la altura que nos resulte más cómoda a nuestras dimensiones. Antes, la barra de dirección del timón era sólida e inamovible.